Cada colonia tiene la barbacoa que merece: la Portales tiene El Tulancingo
Frente al Mercado de la Portales abre los fines de semana El Tulancingo, una barbacoa de hidalguenses que la respaldan casi 40 años de servicio.
Frente al Mercado de la Portales abre los fines de semana El Tulancingo, una barbacoa de hidalguenses que la respaldan casi 40 años de servicio.
Selvático tiene dos cosas que son un buen respiro para cualquier día entre semana: es selvático (plantas, música tropical, sonido de pájaros) y es barato.
Bar Oriente es un típico bar japonés con pequeños platillos, que abrió hace poco. Ahora tiene un menú de comidas y el lugar es muy agradable para pasar la tarde.
Durante el día Parcela es un lugar familiar, campestre, perfecto para que se diviertan los niños y también sus papás. En la noche es un bar y restaurante diferente a todos los demás (y con área de fumar).
El tejuino es una bebida fermentada de maíz que tiene muchos beneficios porque tiene probióticos. Además es muy refrescante. Aún son pocos los lugares donde se puede probar en la ciudad.
No hay mucha Rusia en la ciudad, pero afortunadamente lo que hay es genuino. La cultura rusa nos sigue siendo lejana, pero estos 3 rincones tienen tanto que no pediríamos mucho más.
De origen exótico y sabor especial el mangostán es la fruta reina en Asia. Una sutil mezcla de olor dulce, sabor cítrico-floral y textura de durazno que puedes encontrar esta temporada si sabes dónde buscar.
La Cañita es un lugar pequeño pero versátil: es cantina, marisquería, centro cultural, pista de baile o cualquier cosa que se le ocurra a sus dueñas, dj Ali Gua Gua (Ultrasónicas) y a la escritora Diana Torres (aka “Pornoterrorista”).
L’Entrecôte, en Polanco, sirve un sólo platillo pero está tan bien hecho que no necesita más. Y aunque lleva en México ya más de 3 años, queremos hacerle un mínimo homenaje.
El legado de Anthony Bourdain puede ser la sabiduría viajera que sólo se adquiere en lo desconocido: este hombre recorrió los rincones más recónditos y probó la comida más extraña (para un estadounidense) y lo compartió con todos. Esto comió en la ciudad.
A diferencia del famoso chinatown del Centro Histórico, el barrio chino de la colonia Viaducto Piedad no es sólo una atracción turística; aquí sí viven cientos de inmigrantes chinos que trabajan diariamente en sus cafés, lavanderías y minisupers…
En la Ciudad de México hay muy pocos restaurantes que tienen la opción de empaques biodegradables, pero hicimos una lista de los que ya hicieron el cambio y que han apostado por distintas alternativas de ecopacking. Además, todos nos parecen muy ricos.
El luchador regiomontano La Tonina Jackson fundó el restaurante La Tonina hace 72 años en la colonia San Rafael. El secreto de que haya sobrevivido es sin duda la tortilla de harina, hecha a mano, pero también las gorditas de nata, los tacos cochipecho y los frijoles maneados.
En estos 3 lugares hacen las donas menos tradicionales, más deliciosas, y sus combinaciones siempre varían. No hay pierde en estas donas.
El bar que puso de moda las mejores mini hamburguesas de la ciudad, Félix, ahora tiene un jardín atrás con deliciosas pizzas napolitanas y Aperol spritz: Pizzas Félix.
Ya sea por seguir una dieta balanceada o por conciencia ecológica, por sentirse ligero o por ganas de variar te recomendamos siete platillos veganos en distintos puntos de la ciudad.
Entre recuerdos de infancia, juegos de mesa y sillas de colores absurdamente chillantes está uno de los pocos bares de cereales en la ciudad. En la Estación Cereal uno puede encontrar cereales clásicos pero también sabores europeos o asiáticos a los cuales se les puede agregar 50 tipos distintos de toppings.
El Mandarino es un lugar del que uno no esperaría demasiado pero su comida termina por sorprender. En su menú para llevar hay desde rollos chinos, dumplings, chop suey y fideos.
El lugar más sinaloense del mundo (fuera de Sinaloa) está en el Mercado de San Juan: allí sirven extraordinarios mariscos que llegan diariamente y muy frescos del mar de Cortés.
A veces uno quiere ir por una copa de vino y un plato ligero, a un lugar donde se pueda platicar, comer rico y desenredarse el día de encima... y no sabe a dónde ir. Pues vayan al Loup.