El Rincón de la Lechuza es una de las taquerías más legendarias en la ciudad. Existe desde 1971 en Chimalistac, sobre Miguel Ángel de Quevedo; de lunes a viernes es el comedor preferido de los oficinistas de la zona porque es rápido, cómodo y cumplido, y los fines de semana es para comer en familia. Todos lo que han ido saben que ahí se come muy bien, sobre todo tacos de carne y quesos al carbón.

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Como muchas de las taquerías más entrañables de la ciudad, el Rincón de la Lechuza comenzó como local chiquito y su sabor lo  lo hizo crecer. El señor Martín Seidel, su dueño original, anexó los locales aledaños al suyo hasta llegar a lo que es hoy. El espacio de las mesas luce como un conjunto de cajones amarillos, cada uno era un local independiente. La decoración, con azulejos amarillos, ventanas arqueadas y mesas de madera son el aviso que uno está entrando casi a Coyoacán. Todo tiene un aire familiar y mexicano. Además le hace honor a su nombre, por todos lados hay lechuzas de barro u hojalata. Hasta sus servilletas tienen grabada una pequeña lechuza. Nadie supo decirnos por qué se llama así, pero Los Viveros están a lado y sabemos que allí hubo (esperemos que todavía haya) muchas lechuzas endémicas.

servilleta

cajones

No importa dónde se siente, uno siempre verá las otras mesas a través de pequeños boquetes en la pared.

Tacos y quesos

Su menú no ha cambiado mucho desde hace 49 años, tienen quesos fundidos, tacos de pastor, bistec, chuleta, costilla y chorizo. Además tienen una sopa de tortilla inolvidable, rajas con queso, higaditos de pollo y varios platillos con hongos. Como pueden ver, en el Rincón de la Lechuza tienen platillos tradicionales, pero les ponen su toque para que uno siempre quiera regresar.

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Especial de bistec.

Cuando uno los visita por primera vez los precios pueden no ser los más bajos, pero ante la sorpresa de los clientes, los meseros siempre se adelantan a decir que de un taco salen dos. Aunque si llegas con hambre y poco presupuesto, recomendamos los platos especiales que pueden ser de bistec, pastor o chuleta, y todos vienen servidos sobre una cama de queso fundido que llega burbujeando a la mesa y acompañado con tortillas enormes hechas a mano. 

especial de pastor

Especial de pastor.

De los especiales salen 4 o 5 tacos bien servidos. Una vez que el queso fundido se termina, uno puede aprovechar la sobremesa para raspar la pequeña cazuela y quitar la costra de queso que se queda pegada y hacerse un taco delgado pero muy sabroso. Como casi todo lo que existe en Chimalistac, el Rincón de la Lechuza es un lugar al que se va a disfrutar y ver pasar el tiempo, ya sea para comer o viendo a la gente por sus grandes ventanales. Es un lugar que nos gusta mucho.

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