Entre las cosas buenas que cambiaron con la pandemia, el crecimiento de lectores es una de nuestras favoritas. A pesar de que nos enteramos que muchas de nuestras librerías favoritas tuvieron que bajar las cortinas por falta de clientes, en algún lugar de la ciudad se estaba gestando un proyecto completamente nuevo: una dark library que llevaría libros usados a domicilio. Este nuevo concepto se llama Pollux y su llegada nos encanta.
Pollux, una dark library en el Centro
Si bien los las tiendas por internet hicieron lo propio llevando y trayendo libros por toda la ciudad, lo especial de Pollux está en la curaduría de sus títulos. La idea nació de tres libreros con gustos totalmente diferentes pero con una pasión en común: los libros como un objeto artístico. Fue así como Evelio Rojas, Librería Phosphorus y Libros del Umbral unieron una buena parte de sus catálogos para crear esta exquisita selección.
La idea es que las personas no sólo encuentren algo bueno que puedan leer, sino también algo de lo que se sientan orgullosos. Según nos cuenta Erick Soto, uno de los fundadores del proyecto, ellos como libreros se han dado cuenta de que la industria editorial ya no se preocupa mucho por la calidad de los libros como lo hacía antes.
Es por eso que, además de buenos títulos, también tienen ediciones preciosas que seguramente no volveremos en ver en ningún otro lado; ya sea porque se imprimieron pocas, las editoriales desaparecieron o sus antiguos dueños se encargaron de mejorarlas empastándolos de nuevo o modificándolos. De cualquier forma eso sólo significa una cosa: una pieza única que uno puede llevarse a casa por el precio justo.
Las rarezas en Pollux
Como es de imaginarse, por las manos del anticuario pasan muchas rarezas y en el caso de esta librería no es la excepción. Aunque no todas están a la vista, sí hay un par de joyas que hay que ver —y si es posible tocar o, mejor aún, comprar— al menos una vez en la vida. Tienen, por ejemplo, la primera edición de Veinte poemas para ser leídos en el tranvía firmada por Oliverio Girondo, el cual pertenece a un tiraje de sólo 850 ejemplares.
Otra joya, que quizá fue la que más nos emocionó, fue una primera edición de Origen de los indios, escrito por Gregorio García publicado en Valencia, España en 1607. Al principio, por tratarse de un libro tan antiguo, nos dio mucho miedo tocarlo, pero como las ediciones de Pollux tienen un muy buen sello de garantía, nos invitaron a abrirlo sin miedo, pues las hojas son de un papel mucho más resistente al que conocemos actualmente.
Como ya se habrán dado cuenta, el simple hecho de visitarlos es toda una aventura que vale muchísimo la pena. Aunque si les queda lejos el Centro, siempre pueden pedir que les lleven sus libros a domicilio vía Instagram —abajo están sus datos. Aquí la cosa es que la comunidad de lectores siga creciendo aún cuando el confinamiento por fin parece darnos algo de tregua.
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