En la Roma hay un restaurante para comer como en la campiña francesa. Tiene una terraza de madera amplia, con plantas y manteles blancos; quesos y conservas refrigeradas pero bien a la vista; pan horneado todos los días con mantequilla francesa y una cava envidiable. Maison de Famille es entrañable por su sencillez elegante: buena comida francesa y bien servida.
La familia Avernin es la dueña de Maison de Famille –y su restaurante hermano de espíritu más casual en Condesa, L’Aperô. Antes de fundar Maison tenían el Champs Elysées que fue durante muchos años una institución del buen comer. Después lo vendieron al Grupo La Mansión ( y la calidad bajó considerablemente) junto a un contrato que les prohibía abrir un restaurante competencia durante 5 años. Pasado ese plazo, los Avernin abrieron Maison de Famille con las mejores recetas de la comida francesa, sus mejores productos y sus cincuenta años de experiencia en la cocina.
En Maison de Famille el servicio es profesional y cuidadoso pero cálido. Tal vez por esto es favorito de muchos comensales frecuentes que regresan al menos una vez a la semana. El ambiente es tranquilo, la música moderada y los modales sencillos. La comida es muy rica; como en la tradición francesa más arraigada el producto debe brillar por ser excelente. Casi todos los ingredientes vienen del rancho de la familia Avernin en Morelos, en donde además de cosechar los vegetales, y algunos ingredientes indispensables como el ruibarbo, también crían codornices, pichones o pollos.
Aunque prácticamente cualquier platillo de la carta tiene la garantía de ser una gran opción, recomendamos mucho pedir el paté de berenjenas, verduras y tapenade o el salmón ahumado con leña de mezquite, como entradas. También la pesca del día preparada a la Mediterránea –que cambia según la temporada, como casi todo el menú– y, especialmente, la tártara de filete de res que llega impecable a la mesa y es deliciosa.
El postre más rico es (casi) definitivamente el mil hojas. Lo preparan al momento y el hojaldre es tan delgado que se quiebra apenas tocar el tenedor. Está relleno de una crema pastelera hecha con vainilla de Papantla y, aunque uno crea que está muy lleno, no puede irse sin pedirlo.
Además de ser restaurante, en Maison de Famille también tienen una tienda con sus productos, como mostaza de Dijon, mermeladas, pepinillos, carnes frías (bacon, tocino, chistorra…), quesos y vinos. Todo tiene el sello de garantía de una producción honesta, en muchos casos orgánica. Además de su restaurante en la Roma también tienen otro en San Ángel (Av. de La Paz 14).
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