En Francia los amigos no suelen citarse para comer; se reúnen para el café o l‘apéro; ese momento de la tarde, previo a la cena, en el que , acompañado de algunas botanas sencillas, comparten una copa de vino que muy probablemente terminarán siendo varias más. El aperitivo no se usa mucho en México, pero su aire casual nos es, desde luego, bastante familiar y encantador. (Pensemos en una sobremesa al revés). L’Aperô es también un nuevo restaurante francés de la Condesa; la versión más fresca de la familia Avernin, los creadores del clásico Champs Elysees (ya cerrado), Bistrot Mosaico y Maison de Famille: lo mejor de la cocina francesa en México.

La herencia

L'Aperô

Valerie Avernin nos contó que hace 12 años vendieron Champs Elysees y Bistrot Mosaico –de ahí el porqué bajó tanto la calidad–. Después crearon Maison de Famille, una cocina franca y más tradicional (por cierto una gran terraza para ir a a cenar), y hace poco menos de 2 años, el Bistrot Mosaico –que estaba en la calle Michoacán– cerró, y aunque ya no operaban el restaurante, el espacio era suyo. Es un salón con techos altos, fresco, que había que aprovechar. Entonces crearon L’Aperô: un lugar casual (pero sofisticado) que se antoja muchísimo para pasar horas largas entre amigos. Quizás no en aperitivo, pero sí en charla de sobremesa. Su carta de vinos (y sus precios) lo dejan bien claro.

La cocina

L'Aperô

La comida de L’Aperô tiene también un aire desenfadado –aunque todo esté preparado con sumo cuidado-. Esta cocina francesa tiene tintes de comida italiana, española y árabe. Los puristas se quejarán, pero lo cierto es que en Francia hace mucho que la comida casera es una mezcolanza indiscutible de su presente. Como dice Valerie: lo que debe o no ser la comida francesa (en el sentido “purista”) ya no es tema.

Todo es delicioso, y uno no tiene que probar la carta completa para saberlo. Basta comprobarlo a probaditas, que hacen evidente la calidad de sus productos. Su panadería es el ejemplo perfecto de ello. Lo hace el mismo panadero que horneaba en Champs Elysees y Bistrot Mosaico, cuyo pan para llevar fue por mucho tiempo el favorito de la Condesa… Aunque la vitrina no esté a la vista, en L’Aperô uno también puede comprar pan para llevar. Incluso charcutería y quesos.

L'Aperô

L'Aperô

Nosotros probamos algunas cosas y cada una de ellas fue exquisita. La tabla de embutidos es perfecta para comenzar. Los hacen ellos mismos en un rancho cerca de aquí, y la acompañan con mostaza hecha en casa que no tiene pero: salchichón al ajo, salchichón con pistache, bresaola, paté de higado (delicioso).

Después probamos uno de los más pedidos y que se antoja para un viernes caluroso como estos: el tartine de chicharitos, una ensalada fresquísima de chicharos, habas, queso de cabra y menta sobre pan campesino. Algunos platillos que no probamos son herencia directa de la casa y no tendrían falla: la sopa de cebolla o los caracoles a la Bourguinon.

L'Aperô

L'Aperô

Comimos ensalada Lily al Roquefort, que sabe tan bien como suena: una mezcla de tocino frito, tomatitos, aguacate y aderezo roquefort. Al centro llegó un tortellini relleno de carne súper suave de buey al vino tinto (boeuf bourgignon) sobre puré de coliflor. Y finalmente el plato fuerte, uno típico de bistró: tártara de res cortada al momento. Exquisita.

El espacio

L'Aperô

En L’Aperô el aire corre como en (muy, muy) pocos lugares de la ciudad. Y menos de la Condesa. Los colores son neutros, pero el rojo brillante le da vitalidad a la atmósfera, la decoración es como de un picnic elegante (si existe tal cosa…). Al fondo hay un mural que es un collage de reproducciones de Cocteau, Picasso, Steinberg (<3) La terraza da a la calle y se siente franco. Se siente bien estar aquí.

L’Aperô es el tipo de lugares a los que volvemos. Lo recomendamos muchísimo.

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