Está claro que una de las tendencias en gastronomía es reducir el consumo de productos de origen animal, Joaquín Phoenix lo mencionó en los Óscares y Greta Thunberg lo ha repetido hasta el cansancio. En Bluum están muy conscientes de eso, sin embargo, no optan por una postura abiertamente vegana, lo que les interesa es llegar a personas con diversos hábitos alimenticios y hacerlos sentir cómodos en su restaurante. Para ellos, no se trata de dejar la carne, los lácteos o el pescado, sino de consumirlos de forma más consciente. Hay muchísimas cosas ricas, ligeras y saludables que se pueden preparar con verduras y cereales.
El menú de Bluum
En Bluum la carta para desayuno y comida es la misma. Todo el día se pueden pedir waffles con matcha (que al tener amaranto llenan más que lo normal) o chilaquiles. También tienen emparedados y bowls, de hecho su carta se divide en “grab it” y “bowl it”. En “bowl it” va todo lo que entra en un tazón, desde fruta hasta fideos con miso, pasando por setas al pibil y zucchini a la boloñesa. En cambio en “grab it”, van básicamente los sandwiches.
Waffles de matcha.
Una de nuestras recomendaciones es el emparedado de tempeh marinado. Lleva salsa yakitori y sake, camote (le da un gran toque), germen de soya y aguacate. Cuesta $115 pesos y lo deja a uno satisfecho. A diferencia del tofu, el tempeh – fermento de soya originario de Indonesia de textura consistente– no es tan común aquí. Nos gustó mucho como lo preparan en Bluum. También tienen sandwiches con ingredientes más frecuentes como berenjena frita, croquetas de lentejas y aguacate.
Bowl Açai, helado de Açai con leche de coco, fruta de temporada, granola de la casa y miel de agave.
Las promociones
Cada cierto tiempo cambian sus promociones. Por ahora hay un paquete de “grab it” + una bebida caliente por $120 pesos. El chai puede ser de cardamomo o de menta y lo hacen ahí mismo. El café es de Veracruz y hay que destacar que con leche vegetal logran una espuma firme para los capuchinos.
El espacio es luminoso, de colores pastel, tiene un papel tapiz que recuerda la selva y cuadros con personas miniatura delizándose frutas. Hay una barra que da a la ventana y está llena de plantas. Existe la opción de sentarse en las sillas de afuera para tomar un café por si se quiere tomar un poco de sol. O también se puede comer adentro y los perros son bienvenidos. En caso de no tener tiempo para ir al local, también se encuentra en Rappi, Uber Eats y Sin Delantal.
Si uno pasa por ahí puede aprovechar la visita a la calle de Havre para ver la tienda de Carla Fernández de estilo brutalista que diseñaron ella y el escultor Pedro Reyes.
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