Petanca es un juego de precisión. Su origen fue con los romanos pero fueron los franceses quienes lo popularizaron. Para entenderlo hace falta jugarlo y para nuestra suerte acaba de abrir el primer lugar en la ciudad donde hacerlo. Club Petanca Roma es un restaurant/bar frente a 4 canchas en donde pueden jugar mínimo 2 y máximo 6 personas. El espacio fue diseñado especialmente para que la gente juegue, tome, coma y pase un rato muy a gusto. Si no quieres jugar no importa pues la barra también es su especialidad. Hay mezcal, vermouth (muy especial), vino en draft o botella, entre otras cosas.
Petanca Roma está en el primer piso, al fondo, del restaurante Campobaja. El espacio es un estacionamiento semi-industrial con techo descapotable; lo distingue una virgen en su entrada, que lleva décadas siendo la patrona del lugar. La especialidad de Campo Baja (como ya muchos sabrán) es la comida de Ensenada y, curiosamente, la capital nacional de la petanca es Baja California.
La carta de bebidas se divide en cuatros partes importantes. Por un lado están los mezcales Milagrito, los primeros en popularizar el mezcal en la Ciudad de México y uno de las pocos realmente asociados con los productores del mezcal. Son los mismos dueños de La Clandestina y socios de este lugar.
Otra parte importante es el vermouth Salsipuedes, el primero hecho en México, nada más y nada menos que por la familia D´Acosta, enólogos sumamente reconocidos, en quienes también recae la selección de vino de Petanca. Ellos también son socios del lugar.
Sólo hay vinos mexicanos o hecho por mexicanos en algún lugar del mundo. Está el Velero, por ejemplo; un vino australiano hecho por un mexicano. Hay dos vinos de la casa armados especialmente para Petanca, que sirven de barril (wine on tap) o de la botella de Petanca, que te puedes llevar a tu casa.
En esta ecuación (petanca-bebida) no podemos olvidar el pastis, anís típico de Marsella y bebida que ha acompañado a la petanca por muchísimo tiempo, pues ambas son parte del estilo de vida del sur de Francia.
La carta se divide en dos partes. Los “cotidianos” en donde se encuentra lo más fácil de tomar: vino en tap, mezcales, vermouth, pastis y cervezas de la casa. Y “temporales” en donde viene la curaduría de botellas de vino mexicanas, otras cervezas y mezcales con sabores más complejos que además no estarán por siempre porque, justo, dependen de la temporada y el clima. Hay mezcales de agaves silvestres, cervezas sin alcohol y varios cocteles con vermouth. De hecho uno de ellos es el de la casa, se llama Yayo’s y lleva vermouth, ginebra, soda y limón. También tienen los clásicos gin tonic, negroni y nuestra recomendación: el pastis frozen.
La comida es fácil: hay botanas como papas fritas, chicharrón con salsa tatemada y una buena variedad de quesos y embutidos mexicanos. También hay asador; salchichas caseras de conejo, res, pollo y puerco, con pan o sin pan, y para acompañar puré de chilacayote y cebollas asadas. La estrella son los tuétanos al carbón con ensalada de lengua y chicharrón, y el rib eye que traen de Guadalajara.
Puedes hablar para reservar una cancha, y muy pronto también habrá retas y torneos para los más clavados. Siempre hay un entrenador dispuesto a enseñar el juego, aclarar cualquier duda y, si eres primerizo, llevarte de la mano en el juego. También se encargará de integrar a los jugadores, equilibrar los equipos y entregar las bolas y el aro.
A punto de volverse un deporte olímpico, la petanca es un juego muy noble y de convivencia, que une a la gente, pues se puede jugar entre chicos, grandes, hombres y mujeres, y nadie tiene que ser experto. Aunque como en todo, la práctica hace al maestro.
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