En La Inmaculada dicen que las hamburguesas deben de ser sin catsup, sin mayonesa, sin cebolla, sin lechuga ni jitomate: sólo pan, carne y queso. La afirmación se sostiene si el pan es suave y compacto, la carne jugosa y consistente y el queso, mucho. En ese caso, la cheeseburger perfecta está en este local amarillo brillante sobre Mariano Escobedo, en Polanco.
La mezcla de carne la lograron después de mucho tiempo de pruebas y se trata de una receta secreta. El pan también es hecho en casa, dorado y firme, y las papas fritas son también resultado de experimentos que involucraron distintas variedades de papas mexicanas o importadas.
El menú perfecto es el menú breve. Siempre lo hemos dicho. El de La Inmaculada cabe en los dedos de una mano: hamburguesa sencilla (con o sin queso), hamburguesa doble (con o sin queso), papas a la francesa. Para tomar hay refresco, cerveza y vino. Y para desayunar tienen sándwich de huevo, el equivalente a la cheeseburger de la mañana; jugo de naranja, café americano y una galleta. Nada más.
Lo vemos en muchos restaurantes de la ciudad: las posibilidades de la hamburguesa pueden ser infinitas (con ingredientes como trufa, chile poblano o vinagretas). Probamos; y ahora parece que mucho tiende a volver a lo sencillo, porque no queda duda que hay pocas cosas tan reconfortantes como un menú breve y una hamburguesa sencilla.
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