No es la primera vez que hablamos del furor del K-beauty, y no solamente la belleza K está en auge, sino que todo lo K. El alboroto crece con el K-Pop en selectos rincones de la ciudad y hasta en la sección cada vez más surtida de series coreanas en Netflix. Los restaurantes, la estética y el diseño coreanos alimentan día a día la atmósfera cosmopolita de esta ciudad. Es cotidiano que en una plática casual, el millennial contiguo refiera que está aprendiendo a hablar el idioma. K is the new black. El gentilicio se ha transformado en sinónimo de avantguardismo o de una personalidad curiosa, que algunos recelan para no orillarlo a las subestimadas costas del mainstream.
Pero dentro o fuera de los límites de la corriente, una piel hermosa es una piel hermosa en Corea, en Narnia o en México. Para conocer los secretos de esas dermis perfectas, provenientes del país en boga, nos recluimos dos horas en su centro de conspiración para la belleza, aquí mismo en el corazón de la Cuauhtémoc. Allí vivimos lo que la marca Missha llama Missha Experience, un servicio gratuito donde te explican y prueban todos los productos que recomiendan para tu tipo específico de piel. Claro que luego esperan que los compres, mínimo uno de los diez que pruebes, pero puedes presentar tu presupuesto tope y te ayudan a armar el mejor plan.
El lema del k-beauty: cuídate y prevén (no sé tu propio enemigo y después tapa con capas de maquillaje)
El secreto del concepto oriental de beauty y su diferencia con la idea occidental, es prevenir en vez de cubrir. Primero todo antes que maquillar, y recién cuando los diez pasos están completos, la marca de cosméticos (y maquillaje) hecha el Corea, aplica una base de color. Se trabaja por pasos bajo el concepto de layering que significa ir tratando tejido a tejido las últimas 3 capas de piel. En este punto también se distancia del occidente que a veces sólo atiende la epidermis.
La rutina se divide en limpieza, preparación y humectación de la piel. Hay una regla bien fácil para más o menos orientar al usuario inexperto: aplicamos primero los productos más ligeros (para que lleguen fácil a la capa más profunda) y progresivamente aumentamos por densidad. Así sabemos que los limpiadores y tónicos líquidos que se aplican con algodón siempre serán los primeros, y la crema o máscara siempre serán las últimas.
¿Es real el efecto antiarrugas?
Podemos prevenir las arrugas pero también las podemos hacer retroceder. El botón rewind se explica con la metáfora de la uva pasa: cuando está seca está arrugada; si se sumerge en agua, la absorbe, se hidrata y las arrugas empiezan a suavizarse. Eso pasa con la piel, si estaba marchita recobra vida con la hidratación.
Limpieza (doble):
Primero se remueve el maquillaje y se recomiendan leches, productos aceitosos y aguas micelares por su capacidad de disolver restos de impurezas. Acto seguido se vuelve a limpiar.
Paso 1/Aceite limpiador: aplícalo pero masajeando. ¿Por qué? Si en vez de usar un pad de algodón usas directo las manos, estimulas la circulación de la piel y el calor de los dedos hace que el producto se disuelva antes.
Paso 2/Espuma limpiadora: sirve para nivelar el PH, absorbe y retira puntos negros. El oxígeno y el hecho de estar frotando, confabulan para que la espuma penetre más rápido en el poro. En plan comodidad, puedes potenciar el efecto con un cepillo de los que se mueven solos para retirar las células muertas.
Preparación de la piel:
Paso 3/Tónico: si quedó residuo, ahora no se va a resistir. Además es un excelente telonero, prepara la piel para recibir los ingredientes que se vienen.
Paso 4/Esencias: es un paso bisagra entre la preparación de la piel y la etapa final, la hidratación. Las emulsiones evitan la pérdida de colágeno y elastina. Funcionan como cimientos del edificio y evitan la flacidez. No son un antiarrugas tal cual, pero a largo plazo responden como tal porque mantienen hidratada la piel y así es más difícil que se generen arrugas.
Paso 5/Ampolletas: usadas después de los 25 años, ayudan a prevenir el fotoenvejecimiento (salida de manchas, pérdida de elasticidad) y están llenas de antioxidantes que mantienen la piel radiante.
Hidratación:
Paso 6/Emulsiones: son precremas, o cremas muy muy ligeras que nivelan la hidratación y preparan la piel para la crema. Ayudan a mantener la producción constante de colágeno y elastina.
Paso 7/Crema: este paso es el único que muchas estamos acostumbradas a llevar a cabo. Es como si pasáramos una capa de pintura sobre un muro lleno de humedad. Es relevante y medio funciona, pero necesita de todos los anteriores para lucirse ya que actúa directo sobre la dermis, no más abajo. Nos cuida de los factores externos como el maltrato del sol, la contaminación tan propia de esta ciudad y el frío. Ayuda a que a piel no se cuartee o descarapele.
Paso 8/Contorno de ojos: se aplican tanto de día como de noche y se fusionan como amiguis con la piel, les puedes poner encima el cancelador o corrector sin que se repelen. Algunos tienen ginseng, hongo reishi y hasta oro fermentado (¡!) que reducen la apariencia de las arrugas, tensan e iluminan la zona de los ojos. También existen mascarillas específicas para esta zona que funcionan con micro agujitas (nos prometieron que no duelen) que se incrustan en los poros y te dan shotcitos directos de ginseng.
Paso 10/Bloqueador: cuando la rutina amenaza llegar a su fin, no olvidemos ponerle el aliado por excelencia, el protector solar. Missha lo recomienda factor 42 al 50 y tiene opciones que matifican el acabado final y opciones amigables con el maquillaje siguiente.
Paso 10/Bonos: estos se usan 1 o 2 veces por semana:
Peelings y exfoliantes/se usan al comienzo de la operación Limpieza: atersan la piel y remueven células muertas sin lastimar la cara. Esto permite que los próximos productos hagan su trabajo más eficientemente. Hay peelings que controlan la grasa, peelings con colágeno y ácido hialurónico, hay para entretenerse. ¿Cuándo saber que es hora? Vamos a notar que la piel lo pide porque se ve como blanquesina. Las células muertas empiezan a desprenderse y hay que ayudar a desprenderlas.
Mascarillas/se usan en lugar de la crema: son la estrella invitada más famosa de la cosmetología coreana. Las hay para pieles sensibles, pieles maduras, pieles que buscan firmeza o suavidad. Resulta fácil marearse entre tantas posibilidades.
Si estás en duda qué producto escoger, elige aquellos que contengan:
Plancton: mantiene la hidratación.
Lactobacillus: ayudan a la circulación.
Frutos rojos: retrasan el fotoenvejecimiento, desvanecen manchas y suavizan la piel.
Ginseng rojo y negro: desintoxica, evita arrugas y hasta las quita porque es muy hidratante y las primeras líneas y arrugas se dan por deshidratación, no por edad. Es lo máximo y es natural.
Ácido hialurónico: es un hidratante potente que mantiene el colágeno de la piel y su activación natural. No es un antiarrugas como tal, pero ayuda a que la piel se regenere rápido como la de los bebés y eso la mantienes hidratada, firme y suave. Corea tiene la patente de un ácido hialurónico superpoderoso, en los productos Missha lo encontramos con el seudónimo Baby Complex.
Garantía de calidad: patentes y productos honestos. En Corea, si un producto declara que tiene agua del Himalaya pero tiene agua del grifo, cierran la fábrica por engañar al consumidor.
¡Listo! Ahora, si todavía no estás llegando tardísimo al trabajo y crees que lo necesitas, puedes comenzar a maquillar.