La nueva exposición del Palacio de Bellas Artes lleva el título más atinado: Brassaï. El ojo de París. Nadie fotografío la noche parisina tan exhaustivamente como el fotógrafo húngaro, y esta exposición presentará varias de sus imágenes más memorables, además de una selección especial de otras –menos conocidas– de París y otras partes del mundo. 200 piezas en total, entre fotografía, hemerografía y archivos fotográficos, que llegan a Bellas Artes el 14 de marzo.
Brassaï. El ojo de París viajó por las fundaciones MAPFRE de Barcelona y Madrid, y el Museo de Arte de San Francisco, y permanecerá en México hasta el 9 de junio. La exposición estará dividida en 12 ejes (París de noche, Placeres, París de día, Grafitis, Minotaure, Lugares y cosas, Personajes, Sociedad, Cuerpo de mujer, Retratos, Artistas, escritores, amigos, La calle y Sueño).
Aunque gran parte de la exposición está dedicada a la pasión de Brassaï por los bajos mundos parisinos, también hay imágenes inusuales de un París de día; los graffitis que aparecían por doquier en las paredes de Montparnasse, retratos de sus amigos artistas o cuerpos desnudos y abstractos de mujer. El trabajo de Brassaï para Harper’s Bazaar lo llevó a recorrer Francia y muchos otros lugares, desde España hasta Suecia, Estados Unidos y Brasil, acumulando imágenes inusuales de la vida en otros lugares. Algunas de esas fotografías también estará exhibidas.
Además de la exposición, Bellas Artes también presentará un catálogo quehace un recorrido por la producción artística del fotógrafo húngaro a través de tres ensayos: el primero del curador de la exposición Peter Galassi, el historiador del arte, especialista en fotografía moderna europea, Stuart Alexander y el escritor Antonio Muñoz Molina.
Gyula Haláz (1899-1984), conocido como Brassaï, nació en Brasov, en la región de Transilvania, y llegó a París en 1924. De las calles y callejones, de los días y las noches, los personajes y los detalles, llenó la mirada y el negativo. Tenía un don especial para capturar imágenes sofisticadas pero cercanas, en las que los personajes (prostitutas, vagabundos, artistas, bailarinas de ballet…) existían en su universo ininterrumpido por la mirada de un fotógrafo al que estaban habituados a ver.
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