Lodos es una galería de arte contemporáneo en una sala blanca y luminosa del Edificio Humboldt –un epicentro de creatividad en el Centro Histórico–. Recientemente, la galería inauguró Nuevo manifiesto del cine mexicano, una exposición que de inicio llama la atención porque incluye la obra de alrededor de 40 artistas, unos contemporáneos, otros que ya murieron. Pero toda esta obra uno no la verá junta sino en fragmentos, porque está pensada para durar 3 meses y estar siempre en movimiento. Las piezas serán como las fichas de un juego y la sala (espacio y tiempo y posibilidad), una suerte de tablero libre.
Lo primero que los curadores Francisco Cordero-Oceguera y Diego Salvador Ríos hicieron fue una lista de las piezas o artistas que les gustaría ver juntos. Luego, hacer un boceto que irá tomando forma sobre la marcha. Un bosquejo que incluye obras tan distintas –o distantes– en tiempo / temática, como la de Lagartijas Tiradas al Sol y Lola Álvarez Bravo.
De hecho, Nuevo manifiesto del cine mexicano inicia sólo con dos piezas. Esto es una declaración: que las piezas “dialoguen” y se enfrenten (o bien, enfrenten a uno) y que la exposición se vaya dibujando por sí sola. Las primeras piezas –que pronto ya serán otras– son: una fruta envenenada de Marco Aviña y un video de videodanza de Pola Weiss. El primero, un artista joven, habla de la modernidad fallida en México y sobre todo en esta ciudad (que se pudre mientras es) y ella, Weiss –para muchos la precursora de la videodanza en México– muestra una Ciudad de México congestionada, tramitada. Una conversación más vigente que nunca.
El título de la exposición es un pretexto. Nuevo manifiesto de cine contemporáneo suena contundente, pero no hay realmente intención de tal cosa. Se podría ver, en ese caso, como una suerte de antimanifiesto: un manifiesto es concluyente, esta exposición es un espacio abierto. En algún momento los curadores quisieron hacer una muestra de cine pero lo pensaron imposible. Tienen claro que el cine no puede ser solo cine; es foto, texto, danza, presencia. Por lo tanto es una expo ambivalente, boceteada, hecha en vivo.
Los artistas boceteados:
Lola Álvarez Bravo, Marco Aviña, Daniel Aguilar Ruvalcaba, José Eduardo Barajas, Wendy Cabrera Rubio, Miguel Calderón, Juan Caloca, Pia Camil, Pablo Cendejas en colaboración con Emilio Carrera Quiroga, Paloma Contreras Lomas, Rometti Costales, Ximena Cuevas, Pablo Gaytán y Guadalupe Ochoa, Abraham González Pacheco, Antonio Gritón, Miki Guadamur, Juan José Gurrola en colaboración con Gelsen Gas y Arnaldo Cohen, Rodrigo Hernández, Fran Ilich, Valentina Jager, Karla Kaplun, Lagartijas Tiradas al Sol, Adriana Lara, Lourdes Martínez, Andy Medina, Theo Michael, Víctor del Moral, Berenice Olmedo, Fernando Palma, Francesco Pedraglio, Juan Rulfo, Leonel Salguero, Guillermo Santamarina, Jorge Satorre, Pola Weiss, Marek Wolfryd.
Mucha obra es contemporánea. Otra es de acervo, como la de Alvarez Bravo, Juan Rulfo o Juan José Gurrola. Es decir, su soporte no será necesariamente la pared. Y no faltará el performance; uno de los más jóvenes, Pablo Cendejas, hará uno.
Esta exposición es como un ensayo que se escribe y se vuelve a él. Editar siempre; allí donde surgen las dudas, los razonamientos y las ganas de mover cosas y no parar sino hasta que se involucran otros, los que visitan esta sala luminosa y blanca –como una hoja de papel–.
Sigue sus eventos aquí.
[snippet id=”42560″]
.
Más en local.MX
MXCD03: la vaporosa, distópica y encantadora exposición sobre el futuro en Archivo