De unos años para acá hemos reflexionado más sobre lo excesivo del plástico. En el 2015 un video de YouTube en que se veía a un biólogo marino retirar un popote de 10 cm de la fosa nasal de una tortuga nos conmovió a todos. Empezamos a sospechar sobre un invento que existía desde 1940 y que nos había parecido tan necesario. Se multiplicaron las campañas y hasta los memes, pero es tiempo que no hay legislaciones claras para quitarlos. Y entonces los resultados no pueden ser contundentes y los mares parecen no hacer tregua. Apenas hace unos días una ballena murió por ingerir 80 bolsas de plástico.
En México existe Biofase, una empresa que hace popotes y cubiertos hechos a partir de semilla de aguacate, y la pregunta es ¿por qué no los usamos más?. Biofase lo inició Scott Munguía como un proyecto universitario y tiempo después se unió el morelense Julio Ochoa y otros empresarios jóvenes. Ahora es una compañía necesaria, y aunque aún no están en todas partes, uno puede comprar fácilmente en su tienda en línea desde cualquier parte del país.
Los cubiertos y popotes son elaborados a partir de biopolímeros de semilla de aguacate. Son desechables pero sin la huella de carbono. Lo mejor de todo es que los precios sí compiten con los comerciales. Consúltalos aquí.
Para fabricar este plástico vegetal necesitan mucho aguacate: ¿qué hacen con él? Hay empresas que usan el aguacate y tiran las semillas; por ejemplo las guacamoleras o aceiteras. Biofase compra las semillas de esas empresas y fabrica el bioplástico. Es decir, transforman el desecho agroindustrial en plásticos biodegradables. En biodegradarse tardan 240 días bajo condiciones de estándar ASTM D6400.
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