Caminar por la ciudad durante el verano no es un gusto exclusivo para los locales. La ciudad se ha convertido, en años recientes, en un epicentro de cultura y gastronomía en todo el mundo, y muchísimos viajeros se paran aquí.
A nosotros no nos compete recomendar lo típico (para eso ya hay muchísimas publicaciones); más bien nos gusta andar por la ciudad y conocerla desde sus puntos más especiales, más íntimos. Por eso armamos esta guía con recomendaciones locales. Todos son recorridos que hemos hecho al menos una vez y nos encantan, esperamos que a nuestros lectores también.
Comer como local
Tortas Jorge
A Tortas Jorge puedes ir por una comida casual o a reunirte con tus amigos. Es una lonchería, fonda y cantina que no compite con el imperio taquero de la Narvarte. Los conocedores piden torta de lengua o “estilo Toluca”, la cual llega a la mesa por sólo $27 pesos. Para quienes gusten del ambiente bohemio, este sitio está decorado con trofeos y demás afiches clásicos de la tauromaquia. Los viernes hay música en vivo y recomendamos mucho ir ese día.
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El K-Guamo
Aquí está la mejor sopa de mariscos de la ciudad. La preparan y sirven dentro de un pedazo de papel aluminio. La receta es veracruzana y lleva chilpachole, chiles secos y especias; llega a la mesa rebosante de queso y mariscos que se mantienen calientes durante una hora. Sin duda es el remedio perfecto después de una noche de fiesta. Aunque el menú de pescados y mariscos del K-Guamo también tiene cóctel, cebiche y aguachile.
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El Jarocho
Es una de las taquerías históricas más ricas y más queridas de la colonia Roma. También es una de las que menos ha cambiado porque no hay mucho que cambiarle a unos tacos bien hechos y un espacio tradicional y cómodo. Hay más de 30 guisados de dónde elegir. Su especialidad son los campechanos –llevan bistec y chicharrón prensado– y no dejen de pedirlos.
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Paraíso Vegetariano
Parece otra verdulería típica, pero en el interior de este local en Churubusco hay un restaurante para cubrir el gusto de vegetarianos y veganos que estén por la zona. Su menú incluye hamburguesas, hot dogs, enfrijoladas, enmoladas, pastas, guisos y, por supuesto, postres. Son muy buenos.
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El Mirador
El mirador es una de las mejores cantinas de su zona. Existe desde 1904 y aunque en el bar parece haber una “política clientelar” infranqueablemente varonil. Todo mundo puede ir al restaurante donde sirven taquitos sudados de chamorro, Milanesa manchega –también conocida como “oreja de elefante”– y “tirbilines”, que son generosas porciones de filetes de pescado, filete de res y camarones marinados. Por cierto, la cantina no se llama “El Mirador” por que mire hacia algún lado, pero como toda buena cantina, es una especie de búnker donde lo único que existe es lo que está dentro.
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El Sella
Está ubicado en la colonia Doctores, frecuentado por personajes que le hacen honor al nombre de la colonia y que no se quitan la bata ni para sentarse a comer. Aquí hay que pedir, para botanear, un chorizo a la sidra, pero sin duda lo más rico es el chamorro, que nunca decepciona.
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Caminar la ciudad
Colonia San Rafael
La colonia San Rafael es una de las pioneras en la gran expansión de la capital, que desde entonces no se ha detenido. Entre las calles más antiguas se encuentra Sadi Carnot, que en pocas cuadras reúne las huellas de tres siglos de historia. También fue uno de las primeras zonas de la ciudad en adoptar la arquitectura moderna en México, el mejor ejemplo de ello son las privadasque surgieron con la primera ola de especulación inmobiliaria, como la Privada Roja o la Privada Blanca.
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El Parque de La China
Aunque son los vecinos quienes lo frecuentan, este parque es un espacio que promete un paseo feliz a quienes lo visitan. Allí hay un kiosco color melón en el centro, caminos de adoquín para caminar, pasamanos para jugar y en el costado una estatua dedicada al chintololo de Clavería más celebre y querido: José José.
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El orquidiario de Azcapotzalco
Sin que sea un jardín botánico, el Parque Bicentenario en Azcapotzalco tiene una antigua refinería restaurada y adaptada para poder resguardar diferentes ecosistemas. Tienen un matorral xerófilo, bosque mesófilo de montaña, dos bosques tropicales, uno de coníferas, otro de encinos y un orquidiario. Los nombres científicos de las flores se van intercalando con sus nombres comunes: pulpitos, monjita blanca, oreja de venus, zapato de venus, dama de noche. Todos ellos son bastante simpáticos y combinan muy bien con las flores a las que se refiere.
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Tianguis de la Nopalera en Tláhuac
Al suereste de la ciudad, en Tláhuac, está el tianguis de la Nopalera, un mercado que se divide en dos secciones principales: la de comercio típico (donde se consiguen frutas, verduras, ropa nueva, objetos para el hogar, etc…) y la sección de pulgas (donde muchos de los objetos son salvados de la basura). Quienes busquen cosas vintage para decorar su casa o, por qué no, ropa de segunda mano y en buenas condiciones, pueden visitar este tianguis que se pone todos los lunes a partir de las 8 de la mañana.
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Jardín Sonoro de la Fonoteca
Fonoteca Nacional
El jardín sonoro de la Fonoteca Nacional está en la antigua casa de Octavio Paz, la cual tiene motivos típicos de la arquitectura morisca y mudéjar. Al caminar por sus pasillos aparentemente silenciosos, se activan los sensores de movimiento que desencadenan una serie de piezas de arte sonoro y elementos del archivo de la Fonoteca. Es un buen lugar para ir a caminar, y está en Francisco Sosa, una de las calles más bonitas de la ciudad.
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Bosque de Chapultepec
Ese es otro de los recorridos obvios pero obligatorios de la ciudad. A lo largo del bosque hay actividades para todos. Están, por ejemplo, el Zoológico con su Mariposario , el Museo de Arte Moderno, el Jardín Botánico y el lago donde se puede pasear en lancha alrededor de un par de islas.
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Cuicuilco
De Cuicuilco lo que más nos gusta es una caminata por un sendero calladito, donde cada paso son cien crujidos de hojarasca y la confusión de estar lejos de la ciudad. En la punta de la pirámide principal uno tiene una vista privilegiada de la ciudad y se da cuenta de todos los contrastes que hay en ella.
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De noche
Barba Azul
No hay mejor lugar en la ciudad para bailar música tropical. La decoración del Barba Azul es la típica de una película de cine de ficheras. Pasar la noche ahí es como regresar en el tiempo al ritmo de cumbia o salsa en vivo. Si vas a pedirle una canción a la orquesta, recuerda preguntar el precio, pues a veces cobran más de $50 pesos a los despistados.
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Gallo de Oro
Hay tradiciones que no deben romperse. Además del Salón Tenampa, el Gallo de Oro es un bar clásico donde solían reunirse músicos y escritores como José Alfredo Jiménez y Carlos Monsiváis. Conviene visitarlo los sábados cuando la botana es generosa, hay un buffet con cazuelitas de chicharrón, albóndigas y molitos.
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La UTA (Unión de Trabajo Autogestivo)
Para quienes disfrutan de la escena underground, no hay forma de pasar por alto la UTA. Desde hace más de 20 años, es el refugio de quienes aman la música goth, el punk y el rockabilly. Hoy es común ver personas de todo tipo en este lugar, así que no esperes encontrar sólo atuendos negros con una obvia inclinación al rock. Todos son bienvenidos a esta casona con aspecto subterráneo.
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La Purísima
La Purísima o “La Puri”, como le llaman sus clientes frecuentes, es un lugar al que quieres ir para perderte una noche entre cuerpos sudados, pop de los ochenta y rayos láser. Mientras en el primer piso la pista de baile es una locura, uno pueda estar tranquilo en la pulquería del segundo piso. Para la escena queer de la ciudad pocos lugares son tan entrañables como éste.
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Yu Yu Records
Yu Yu es una de nuestras tiendas de discos y pistas de baile favoritas de la ciudad. No tiene mucho tiempo de vida, pero desde que apareció en el sótano de una casona del siglo XIX, se convirtió en un referente de la escena electrónica capitalina. Además de tener discos raros que vienen de todas partes, en Yu Yu uno puede encontrar sintetizadores y cajas de ritmo Roland que casi nadie vende por acá. Sin duda, es un buen lugar para que un melómano se pierda por horas.
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