En el extenso mundo de las cosas pequeñas, los cerillos tienen su rincón especial. Y los Cerillos la Central el lugar de honor en la filumeina mexicana. ¿Quién en la ciudad no ha tenido en sus manos una de estas cajitas amarillas? Desde 1940, los Cerillos La Central reciben el mote de “la caja de cerillos más importante del mercado” y lo tienen bien merecido. Más allá de su función principal, estas cajitas son piezas de arte y de colección involuntaria. Gracias a ellos muchos pintores mexicanos se dieron a conocer entre nosotros.
La Central fue la primera cerillera en México. El inolvidable tren de la portada y el nombre lo tomaron de la Estación Central de Ferrocarriles en Veracruz, porque la fábrica estaba muy cerca, pero luego abrieron una sucursal en la Ciudad de México y su éxito fue tan grande que cerraron la primera fábrica.
Clásicos de Lujo
Ya en 1940, don Daniel Montull, director general de La Central, diseñó la famosa cajetilla de los Clásicos de Lujo donde, además del ferrocarril, añadió a la Venus de Milo y al Partenón. Los cerillos eran para gente mundo. Al reverso de esta edición había una pintura que podía ser de Rembrandt, Tintoreto, Velázquez o el Greco. Y para atraer todavía más la atención, La Central lanzó un álbum donde uno podía pegar el reverso de las cajetillas de cerillos y armar su colección. El libro contenía datos sobre los autores de las pinturas. Cabe decir que ésta fue una época dorada para la memorabilia y los artículos promocionales, así que una caja de cerillos con “estampas” coleccionables fue un éxito inmediato.
Una vez que los Clásicos de Lujo se volvieron populares como artículos de colección, don Daniel tuvo la idea de incluir artistas mexicanos al reverso de las cajetillas. Al menos 122 pintores mexicanos dieron a conocer su trabajo gracias a La Central, entre ellos estaba Jorge Cázares, quien murió hace unos días y fue el autor de las estampas más populares de los cerillos: los paisajes de varias zonas rurales de México. Muchas veces Jorge iba hasta el lugar para pintar una escena y en otras, sobre todo cuando se trataba de estampas en zonas urbanas, casi todo venía de su imaginación.
Otras colecciones de La Central
A menudo, la cerillera le da un espacio a los acontecimientos importantes de México. Entre sus cajetillas, La Central tuvo ediciones especiales del mundial, las olimpiadas y un homenaje a la tauromaquia. Para esta edición, que se llamó Taurinos de Lujo, los diseñadores reemplazaron a la Venus de Milo y al Partenón por un toro de lidia corriendo a la velocidad de su clásico ferrocarril. Entre sus rarezas La Central tuvo una colección de zoológico donde aparecieron estampas con ilustraciones de animales y otra de geógrafos con mapas de todas partes del mundo. Sin duda, La Central es un pepita de oro para los coleccionistas de cajetillas de cerillos.
La Central también tiene una colección que conocemos todos desde antes que se pusiera de moda el contenido esotérico: los Talismanes. Son las cajetillas cuadradas y de colores que se imprimen cada mes con un color distinto y al reverso un signo del zodiaco. Sin importar la edición, los cerillos de La Central son, en efecto, clásicos de lujo que desde hace años están en casi todas las casas de México. DEP Jorge Cázares que nos dio tantos paisajes miniatura
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