There is a crack in everything. That’s how the light gets in.
-Leonard Cohen
En la ciudad la luz elige donde establecerse y esos espacios son importantes rescatarlos. Y es que la luz visibiliza las cosa. Ilumina fragmentos, espacios y decide dónde quedarse. Y es que la luz visibiliza las cosa. Ilumina fragmentos, espacios y decide dónde lo hará. La luz misma selecciona lugares especiales y los vuelve espacios que la gente busca y a veces se vuelve difícil encontrar.
Te recomendamos 5 puntos dónde encontrar rayos de luz; espacios en donde la entrada de luz se vuelve parte misma del lugar y motivo para ir corriendo a buscar un espacio y disfrutar de esas partes visibles de la ciudad.
Biblioteca Archivo
Archivo Diseño y Arquitectura tiene una diminuta biblioteca que tiene la mejor luz donde puedes consultar más de 3 mil libros de arquitectura y diseño. Fabián Capello, un diseñador francés/londinense, creó el espacio como una suerte de capilla pop para el lector: a la sala, pintada toda de colores primarios, la rodea una serie de pequeños vitrales por donde la luz que apenas se filtra es ideal para ver un libro tras otro.
Esta sala de lectura es una razón más para visitar Archivo, pues la casa en sí es magnífica, con sus jardines laberínticos, sus grutas de paredes blancas, sus ventanas altísimas y, desde luego, su archivo.
Museo Tamayo
Podemos decir que, de entre los museos, el Museo Tamayo es uno de los más generosos en ofrecer su espacio y sabiduría para que distintas formas del arte, de pensar en el arte, tengan lugar en la Ciudad de México. Prueba de ello son la serie de cursos que se impartirán en 2018 y la memorable clausura de Mutek en su explanada.
Además de poder disfrutar diferentes actividades, aquí puedes disfrutar de una gran iluminación.Uno encontrará la magia al sentarse a disfrutar de la luz que atraviesa el techo del museo o también se puede salir y disfrutar del pabellón parteluz que disección la luz y funciona como filtro fragmentador.
Museo de Arte Contemporáneo
El Museo de Arte Moderno tiene varios motivos para ser visitado. Uno de ellos, por ahora, es la exposición de Leonora Carrington. Pero la más importante es la luz que le pega al edificio. Si uno está dentro del museo puede ver que en las orillas (pegado a las ventanas) la luz se entremete buscando un espacio para las personas curiosas. Y aunque uno no quiera pasar mucho tiempo en los baños (al menos el que conocemos, que es el de mujeres), ahí también hay rayitos de luz que se combinan con las paredes de mármol blanco y el piso casi rosa.
Si lo que uno busca es un espacio para pasar más tiempo disfrutando de la luz, ahí mismo, en el MAM, está el jardín de las esculturas. La luz entre obras de Tosia Malamud, Germán Cueto, Ángela Gurría, Estanislao Contreras, Herbert Hofmann-Ysenbourg, Luis Ortiz Monasterio, Manuel Felguérez y Mathias Goeritz.
Biblioteca México
A principios de 2011, los arquitectos Alejandro Sánchez y Bernardo Gómez-Pimienta restauraron este hermoso edificio representativo edificio a cargo de los arquitectos Alejandro Sánchez y Bernardo Gómez-Pimienta, hasta convertirlo en el sorprendente espacio público que es hoy. Con lo último en tecnología para su conservación (temperatura y luz regulada, por ejemplo) todos los acervos han sido digitalizados y se pueden consultar por medio de tabletas electrónicas disponibles para el uso de los lectores.
Los visitantes no dejan de asombrarse por el diseño de cada una de las salas, por ejemplo tienen una especial para ciegos pero hay dos en especial que tienen la mejor luz: la Jaime García Terrés y la Alí Chumacero. La primera tiene una decoración con cuarzos que al entrar la luz por la ventana se refleja en estas piedras creando un juego de luces en el piso. La sala de Alí Chumacero es de las más bonitas. En medio de la habitación gigante hay un árbol que con un cubos de luz. Los sillones de la sala se benefician de este juego de luz durante el día y de aquí uno no querrá salir.
Jardín Botánico de la UNAM
Este jardín es una isla urbana que es capaz de llevarnos lejos (como por arte de magia) de la urbe y sus paisajes artificiales. Como si fuera un museo vivo, el Jardín Botánico exhibe más de 1,600 variedades de plantas –provenientes de los bosques, los desiertos y las selvas del país– y nos revela por qué México es considerado el hogar de una diversidad fuera de serie. Aquí recomendamos caminar específicamente por la colección de árboles vivos. Este espacio alberga soberbios ejemplares de gran altura. En el Arboretum la luz se filtra por la zona más templada del lugar.
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