El impecable y sencillo local de chilaquiles en la Santa María
En este pequeño lugar en la Santa María hay chilaquiles verdes de chile de árbol, rojos de huajillo y los estrella, de salsa colorada de habanero.
En este pequeño lugar en la Santa María hay chilaquiles verdes de chile de árbol, rojos de huajillo y los estrella, de salsa colorada de habanero.
Las Cazuelas de Don José está en el garage de una casa en Tlahuac y allí preparan al menos 18 tipos de guisados excepcionales.
Qué desayunar, qué comer y qué cenar en puestros de antojitos y garnachas si eres vegano. (La clave es la sustitución y la imaginación).
La Casa de los Lechoncitos al Horno, en la Narvarte, tiene la mejor versión del antojo de un taco perfecto: de lechón servido con chicharrones.
En Fonda Margarita se desayuna consistente y casero. Desde las 5:30 los comensales llegan a vaciar las cazuelas con guisos del día (y los mejores frijoles).
Asu’Mecha tiene conchas rellenas de carne, helado, cajeta o chilaquiles. Además tienen un par de inventos imposibles: las “conchurras” y las “manteconchas”.
En la esquina de Campesinos y Cultivos, cerquitita de eje 3, se esconde una birria con más de 22 años de experiencia y sabor.
Los Tacos Charly, en Tlalpan, son un referente del buen taco de suadero no sólo en el sur sino en toda la ciudad. Y su salsa es ya de culto.
Las marquesitas de "Helados y Marquesitas Coyoacán 1900" son una delicia yucateca que carece de lógica: masa de barquillo hecha rollo, rellena de queso holandés y mermelada, chocolate, crema de avellanas o jamón.
El menú se escribe todos los días a mano en un pizarrón: arroz, macarrón, caldo gallego, chiles rellenos, milanesa, pollo al horno, lengua estofada, fabada y por supuesto la deliciosa paella valenciana con azafrán original.
El Jing Teng es buena comida a buen precio. Sin demasiado adorno, sin nada de pretensión. Puedes pedir dim sum y pato rostizado, tocino con miel o probar el pollo estilo cantonés, auténticamente chino.
Esta taquería en la Condesa cumple 4 años sirviendo únicamente platillos de pato: tacos y torta, dumplings, rollitos primavera. Así saben, así los sirven...
En Gabi’s no hay Wi-Fi, no hay pago con tarjeta, no hay comensal al que le importe. Un lugar que huele permanentemente a café tostado, y que en la Juárez es toda una institución.
En Esperanza y Dr. Vértiz está El Moustrón: la especialidad son los tacos sebosos (de carne asada de sirloin con manteca) y los hot dogs estilo Sonora.
Frente al Mercado de la Portales abre los fines de semana El Tulancingo, una barbacoa de hidalguenses que la respaldan casi 40 años de servicio.
El legado de Anthony Bourdain puede ser la sabiduría viajera que sólo se adquiere en lo desconocido: este hombre recorrió los rincones más recónditos y probó la comida más extraña (para un estadounidense) y lo compartió con todos. Esto comió en la ciudad.
Detrás de las vitrinas uno puede observar montañas de queso, viandas, teleras, jitomate cortado que después se convertirá en manjar. Dentro de las loncherías se encuentran dos elementos fundamentales para el espíritu: la sencillez y las cosas que nunca cambian.
En el subsuelo del Enrique hay unos tacos de barbacoa que se comen en la barra, parados, con salsa borracha de pulque. Y que son una delicia.
Hace unos días, Enrique Olvera abrió su proyecto más nuevo en la Condesa: Molino el Pujol, que se une a la causa de recuperar, desde lugares específicos, la tradición de la tortillería de maíz nativo, no industrial.
Si de bebidas mexicanas se trata, ya no solo hablamos de nuestros gustos, sino de nuestra historia. Antes de que el fondo monetario internacional obligara a México a aceptar empresas extranjeras para saldar su deuda, era de lo más común encontrar en las tienditas refrescos hechos por empresas mexicanas.