En Lui Super –una tienda de productos coreanos que parece una nube– descubrimos un pollo frito que no se compara con nada. El platillo está en la parte de restaurante, que es una especie de bistró coreano con mesas y una televisión que pone k-pop todo el día. Las paredes tienen un estampado de piel de cebra y fotos de muchos de los platillos para ayudarte a elegir.
El menú de Lui Súper es corto y aparte del pollo frito hay ramen, arroz, kimchi y tempura. De todo, el pollo frito es la especialidad. Lo puedes pedir “entero” (le dicen en forma de ranita) o en piezas individuales. El “pollo entero” lo fríen entero con ajo y tarda 45 minutos en salir, así que si piensan pedir el pollo entero, vengan con tiempo y listos para coger unas cuantas bebidas coreanas del refri (también rosa) mientras esperan.
Pollo frito entero o en piezas individuales
Nosotros pedimos un ramen y el famoso pollo frito en piezas individuales, que cuesta 260 pesos y alcanza para 4 personas. El ramen nos pareció sospechosamente parecido a esos que venden en bolsitas en el súper, pero el pollo frito nos dejó helados. Era crujiente y sabroso pero no excesivamente grasoso; el empanizado no tenía esa característica capa empapada de aceite. El plato viene acompañado con papas a la francesa (mezcladas entre los pedazos de pollo), una salsa roja picante con un sabor más oriental (como si fuera salsa agridulce, pero picante) y unos cubitos de verdura blanca en escabeche que los meseros no nos podían explicar qué era (después de una pequeña investigación, pudimos averiguar que eran trozos de nabo).
También puedes pedir bebidas coreanas, y te dejan ir al refri de la parte del súper para elegir la que se te antoje. Nosotras nos pasamos casi veinte minutos paradas en frente intentando escoger. Al final elegimos una botella de soju, un destilado coreano de arroz que es muy dulce.
La próxima vez que se te antoje un pollo frito, no dudes en ir a Lui Super (una experiencia en sí misma) para disfrutar del pollo inolvidable.
[snippet id=”47545″]