Volker Andig decía que el invento de la televisión podía compararse con el del sanitario; “no cambió nada en el comportamiento humano, excepto que dejó de ser necesario salir de la casa”. Desde que la televisión se inventó –aunque no salgamos de casa– nos definimos inevitablemente ligados a una pantalla. De ahí aprendemos lo que significa ser hombre, mujer, exitoso, fracasado… Toda esa influencia no pasó desapercibida en el arte, y Realidad Programada: la vida y el arte en la televisión es un atisbo a esos cambios; reflexiones e ideas que surgen a partir del invento de ese receptor cuadrado.
Fabrication station de Darren Adams
Organizada como una colaboración con la Fundación Televisa, Realidad programada fue curada por Kit Hammonds para el Museo Jumex. Las instalaciones, fotografías, esculturas y videos que llenan la Galería 3 cuentan la historia de la televisión. Hay obras de artistas de América, Europa, Asia y África, como Candice Breitz, Miguel Calderón, Phil Collins, Lynn Hershman Leeson, Christian Jankowski, Bruce Nauman y Yoshua Okón, entre otros.
Desde su invento a principios de la década de 1950, la televisión ha sido un método para difundir el arte, pero también un sujeto de arte en sí mismo. Realidad programada explora ese papel lúdico, infantil, crítico, político y artístico de un aparato que ha creado un sinfín de problemas, un sinfín de posibilidades.
La instalación The Wanderer (God First Hairdresser/ Gossip Sequence) de Laure Prouvost, reproduce el interior de una peluquería afrocaribeña. Televisores acompañan las tijeras, lavabos y revistas de chismes, todos objetos de decoración inherentes a cualquier peluquería. Periquitos de Marepe presenta una caja que simula una pantalla con acetatos de colores. La obra esta basada en sus recuerdos: cuando era niño, en el noroeste de Brasil, sólo tenía televisión en blanco y negro. Sus amigos pegaban acetatos de colores a las pantallas para “mejorarlas” y poder ver a color.
A pesar de que creamos que la televisión sale despacio de nuestras vidas, remplazada por teléfonos y computadoras, su dominio mediático sigue siendo intocable. Si bien fue diseñada para otros fines, sus cualidades artísticas son muchas y Realidad programada da cuenta de ello. La intención no es responder si la televisión es o no arte, sino más bien plantear la pregunta de cómo observamos una pantalla al sacarla de su medio habitual y ponerla en el centro de una galería.
La muestra se inauguró el 15 de noviembre y estará abierta hasta el 24 de marzo del 2019.
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