Luv.it es una aplicación-plataforma creada por mexicanos que en su slogan declara que juntos podemos arreglar la moda. Esta app busca crear comunidad entre diseñadores y la ciudadanía que participa de la industria. Su propuesta dista kilómetros de comprar vintage y tampoco insinúa el extremo de dejar de comprar, más bien sugieren un consumo sensato que no tiene por qué sacrificar diseño y mucho menos calidad. Quieren unir al consumidor reflexivo con aquellas marcas que desde su misión y valores ofrezcan productos de comercio justo.
Para entender el ethos de Luv.it, tenemos que entender primero el problema que lo antecede. Históricamente (hace 20-30 años) las compañías multinacionales empezaron a mandar su manufactura a los países subdesarrollados para tomar ventajas de sus bajos costos de producción. Los mismos países en subdesarrollo buscaban que entrara inversión extranjera para tener puestos de trabajo, así que por un momento el modelo pareció medio funcionar para los dos lados. La problemática de la moda desechable se agravó cuando las marcas dejaron de sacar, como hace 20-30 años, dos colecciones al año y empezaron a hacer mini colecciones todos los meses, llegando en la actualidad a tener treinta y seis colecciones anuales. Los inventarios empezaron a rotar demasiado rápido y para poder mantener este ritmo constante, las marcas optaron por bajar los precios y por ende la calidad. Si el taller que estaban usando no se adaptaba a la baja de precio que la marca demandaba, la marca mudaba de taller a uno más barato y por taller a veces entendemos país completo. La presión para bajar los costos se volvió fuertísima por todos lados empobreciendo cada vez más las condiciones de empleo de los trabajadores.
Ahora compramos mucho más ropa que hace 10 años, pero cada vez más barata y las compañías ganan cada vez más. La ecuación falla por algún lado cada vez más obvio, tan obvio que en 2013 el mundo se entera que 1,500 trabajadores se mueren por el incendio y derrumbe de una fábrica de ocho pisos en Bangladesh. Sin ir tan lejos, 2018, Ciudad de México, una bodega textil se incendia en la delegación Miguel Hidalgo. No hubo heridos aquí en la colonia de los lagos, pero lamentablemente entre los mitos del imaginario ciudadano “las fábricas textiles, se incendian”. Sonaría “lógico” por su contenido inflamable, pero si todos los reglamentos estuvieran en ley el inicio de un incendio sería menos probable. Estos son sólo dos casos ¿de cuántos millones que no nos enteramos?
9 millones de prendas se consumen por hora a nivel mundial. Los datos que en época de rebaja preferimos no conocer porque nos gana la vanidad, siguen. 36 millones de kilos de ropa se desechan todos los días y ¿a dónde van a parar? Este sobreconsumo termina en contaminación.
¿Qué podemos hacer? Como consumidores voraces que somos podemos hacer un esfuerzo por tomar consciencia real de la situación. Podemos informarnos un poco más sobre la ropa que compramos, sobre sus procesos y orígenes y podemos también, en el “casi catastrófico” universo imaginable (desde que se terminó la Segunda Guerra Mundial y compramos todo lo que pudimos sólo porque pudimos): podemos dejar de comprar como si mañana se nos terminara el mundo, porque se nos va a terminar. Cada uno lo puede hacer a su manera y una de las propuestas de Luv.it es hacerlo a modo inversión, sólo una prenda hecha con esmero y buenos materiales, en vez de diez prendas descartables de las que se deforman rápido. Cuando las prendas son de calidad, podemos retomar el viejo hábito de la reparación que de paso estimula y pone en movimiento un pequeño mercado paralelo (y local) que le da trabajo a la costurera del barrio y al zapatero. Es más incómodo, es. Es menos estimulante, también, porque el placer de estrenar seguirá siendo el placer de estrenar pero es una forma de darle más valor a nuestras prendas y a nuestro propio esfuerzo.
La plataforma de Luv.it busca transparentar los procesos de la industria. Sigue siendo moda, siguen interviniendo transacciones de dinero y no es ninguna asociación de beneficencia sin fines de lucro, pero aporta un granitito de arena a todo el mecanismo de la moda sustentable. El proyecto impulsa marcas cuyos procesos respalden la inclusión de género y condiciones laborales y salarios justos para sus trabajadores. Por cada compra que el usuario realice desde la aplicación, Luv.it le reintegra el 2,5% de su compra al usuario y otro 2,5% es donado a organizaciones sin fines de lucro que trabajan para crear un impacto positivo en el planeta.
Los pilares de Luv.it son seis y las marcas que vamos a encontrar disponibles en su app responden por lo menos a uno de ellos: que sea local, que sea libre de crueldad animal, que sea manufacturado artesanalmente, que sea humano, que sea sustentable, que sea inventivo. Lo ideal es cuando una marca reúne varios de estos atributos (porque inventivo por sí sólo no es precisamente benéfico). Esto lo puedes saber desde la app posicionándote en cada marca o puedes comenzar tu búsqueda de prendas a partir del pilar que quieras. Estuvimos husmeando y por ahora tienen 200 marcas de moda de hombre y mujer, accesorios y joyería, de aquí y de afuera. Ahora queda en cada uno de nosotros elegir si la prioridad es comprar, y si sí, qué atributo picar antes de hacerlo.
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