El movimiento no está en la pantalla llega a su fin en SOMA después de casi un mes de exhibir proyectos individuales de los 11 artistas que conforman la Generación 2017 de esta escuela de arte. Como clausura de la muestra, SOMA organizó un enfrentamiento poético entre zombies y fantasmas (que atinadamente coincide con el 14 de febrero): los escritores Rocío Cerón, Luis Felipe Fabre, Verónica Gerber Bicecci, y Guillermo Núñez combatirán con palabras sombrías, imágenes viscerales y vestigios posthumanos.
Un poco más sobre El movimiento no está en la pantalla
La espaciosa casa de SOMA en la San Pedro de los Pinos se encuentra habitada por las obras de Alejandra R. Bolaños, Miguel Ángel Salazar, Lucía Hinojosa, Valentina Díaz, Raúl Mirlo, Brenda Castro, Carolina Fusilier, Javier Velázquez, Marcia I. Santos, Jorge Rosano Gamboa y Carlos Iván Hernández.
La exposición reúne cuestionamientos como la relación del cuerpo con el territorio, la desarticulación de percepción visual, la traducción y traslapación de lenguajes, y la proyección o propuesta de una realidad alterna. “¿Cómo optar por una resistencia sin declarar la guerra?” escribe Ricardo Alzati—artista visual y docente del consejo educativo de SOMA—describiendo estos proyectos como “un desarrollo que documenta la paradoja de resistir por los propios métodos provistos a aquello que es sujeto a la resistencia.”
El performance Tierra Nueva de Marcia I. Santos, artista de Ciudad Juárez, cuestiona nociones de frontera y auto-percepción, utilizando el cuerpo como espacio político. Santos recreó un punto de seguridad en donde el espectador deja sus pertenecias y sus zapatos, y camina por un pasillo para pararse en un pequeño cubículo sobre arena—proveniente de Juárez—mirando a la pared por unos minutos.
Otra pieza que tiene que ver con el territorio es la de Carlos Iván Hernández. Estado de Naturaleza es una escultura hecha de estiércol de vaca, barro y pasto, que se parece a una pequeña barda, ruina, o monumento deshecho. Hernández trabaja con el paisaje, normalmente tomando fotos de espacios abandonados en el noroeste de Sonora, y le interesa la interpretación de los efectos de la naturaleza, la relación entre el despojo y la posesión territorial, para cuestionar la relación política y afectiva del hombre y la naturaleza.
Por otro lado, la pieza de Carolina Fusilier, Vestíbulo I y II, propone entrar en un ambiente inusual. Fusilier crea dos pequeños espacios que parecen salas de espera o lugares para descansar con alfombras, objetos intervenidos, cojines, conchas de mar, y pinturas que Fusilier colocó para entrar en un ambiente nostálgico, que habita entre la ciencia ficción y el pasado. Una pieza de audio dentro de las conchas de mar, emite el sonido de una adaptación de narraciones de astronautas, descibiendo la sensación de estar viajando en el espacio, o las cosas que extrañan de la tierra.
Así mismo, Rotaciones en Resistencia, una video-instalación de Lucía Hinojosa, propone una traducción de lenguajes. Los videos se presentan junto a una serie de textos que se titulan “poemas-instrucciones,” describiendo los elementos físicos de los tornados a partir de una entrevista con un meteorólogo. La video-instalación es el registro de un performance en donde vemos a dos bailarinas girar, interpretando las instrucciones del meteorólogo.
La pieza de Valentina Díaz, La habitación de la lengua o la lengua de la habitación, también tiene que ver con la traducción de un lenguaje científico a una exploración del individuo y sus relaciones sociales, y se compone de siete estructuras de madera a escala humana y siete fundas tejidas con una máquina que dejó su abuela en Argentina. La pieza se ha activado durante el transcurso de la exposición con un performance.
En el marco de la exposición, se han programado eventos, conversaciones y activaciones en SOMA. Una de ellas fue la presentación de una publicación de SOMA y la colección de coediciones del programa editorial de FUNDACIÓN ALUMNOS47. La publicación es el resultado de un taller impartido por Alfonso Santiago y se concibió como acompañamiento a la exposición del mismo título, un ejercicio de traducción de los proyectos artísticos que fueron desarrollados por los participantes dentro de su cierre del programa en SOMA.
El movimiento no está en la pantalla se presentó el miércoles 17 de enero y termina hoy, 14 de febrero con un combate de palabras sombrías, imágenes viscerales y vestigios posthumanos entre fascinantes poetas fantasmas vs. poetas zombies.
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