Caminar con la Portales es siempre sinónimo de un encontronazo con la historia. Entre las chácharas que uno encuentra hurgando en el tianguis de pulgas nunca falta el hallazgo que, aunque alguien desechó, un vendedor se dio a la tarea de ofrecérnoslo como un tesoro. Pero si aprendemos a buscar bien, la Portales tiene pedazos de historia viva y locales como el Bazar de Libros Usados es uno de ellos.
Aunque parece un local como cualquier otro en la colonia, esta librería de nombre genérico y sin pretensiones, esconde entre sus estantes historias que van más allá del papel. Es por ello que no debe sorprendernos que fuese allí mismo donde Carlos Monsiváis, coleccionista acérrimo e involuntario embajador de la Portales, tuviera en este bazar su librería de viejo favorita.
Martín Olivares, encargado de la librería cuenta que Monsi era uno de los primeros clientes que llegaban a comprar cada fin de semana. A veces, decía él mismo, compraba libros que ya tenía, pero que debido al desorden y al tamaño de su biblioteca, le era más sencillo comprar uno nuevo que buscarlo en su casa. De hecho, si uno quería encontrarse con Monsiváis, tenía que buscarlo en el tianguis por la mañana porque sus horarios coincidían con los hábitos del coleccionista que madruga para cazar las mejores ofertas.
Un espacio para el hallazgo
Pero, claro, el favoritismo de Monsiváis por esta librería no era gratuito. De todos los lugares donde uno puede encontrar libros usados en las cercanías de San Simón y la Portales, el Bazar de Libros Usados es toda una institución. Su fundador, Miramón Urbina, comenzó el negocio hace más de 50 años y más allá de un lugar para la compra y venta de bibliotecas, lo convirtió en un espacio para el hallazgo.
No importa si uno llega allí por mera casualidad o para encontrar un libro muy específico, en el Bazar de Libros Usados se satisface la necesidad de cada lector. Por ejemplo, si llevas mucho tiempo buscando un libro, sólo basta con preguntar por él y si Martín lo tiene en su inventario te lo va a ofrecer por un buen precio. Por otro lado, si no lo tiene, es muy posible que pueda conseguirlo.
Con todo, este espacio, como muchos otros en la Portales, se presta para una búsqueda del tesoro que lo mismo puede durar apenas unos minutos o llevarse horas de búsqueda. Lo importante es que cada pieza encuentre al dueño que merece.
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