Hay una nueva taquería en la Cuauhtémoc. Tiene tacos ricos, cervezas muy frías y música ochentera y noventera, desde rock hasta buenas cumbias, saliendo de una rocola. Abrió hace poquito más de dos meses sobre Río Sena y uno la distingue por sus mesas y sillas blancas de lámina, y el olor inconfundible a la carne asada al carbón: se llama Taquería Gabriel.
Todo el local de la Taquería Gabriel recuerda a una antojería mexicana de refrescos en botella de vidrio, rótulos de las cerveceras y mosaico blanco en las paredes. Cuando uno llega los meseros ponen en la mesa las cinco salsas de la casa (habanero con piña, cebolla con habanero, cuatro chiles, verde con aguacate y macha) y unas tostadas tan fritas que van chorreando aceite, espolvoreadas con chilito en polvo. Luego vienen los tacos.
El menú en Taquería Gabriel
Antes de empezar, recomendamos pedir “El doradito”, un taco frito de frijol y carnitas. Después, en el menú los más pedidos son los de carne asada, trompo de adobada o los de lechón, que están muy ricos. Todos pueden ser de tortilla de maíz, hecha al momento y a mano, o de harina por 5 pesos más. Todas las opciones pueden ser también en burrito –el más llenador y muy bien servido–, torta o volcán. Los tacos salen con frijoles, aguacate y verdura; las tortas con queso fresco y los volcanes y burritos con queso.
Para tomar, como en cualquier taquería que se respete, el refresco es en botella de vidrio y la cerveza en cuartitos. Uno también puede pedir medias, caguamas, aguas locas con agua de frutas y un piquete de mezcal o, para variar un poco, agua de cebada o chaparritas.
Los horarios de la Taquería Gabriel son generosos, ideales para los trasnochados de la zona. Siempre abren a medio día; en la semana cierran a las 12 am y los jueves y viernes uno puede ir por sus tacos hasta las 3 de la mañana. Seguro encontrará fila pues son pocos los lugares de la Cuauhtémoc para comer tacos sentado cómodamente y a buen precio.
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