Pocos saben que el planeta le debe a México una de las experiencias más gratificantes que hay: comer puñados de palomitas de maíz en el cine. Sí, las palomitas son de origen mexicano y debido a que somos tan distraídos (por ponerlo así), están a punto de desaparecer. El palomero es uno de los maíces más antiguos que tenemos. Fue fundamental en tiempos prehispánicos en que los pueblos reventaban el grano con fuego (mucho antes de que se inventara el nixtamal).
Pese a que es un producto nativo y además nos encanta, si nadie hace nada el maíz palomero terminará por extinguirse. Casi la totalidad de las palomitas que consumimos son importadas de Estados Unidos, y por lo tanto los agricultores han dejado de cultivarlo.
Ante este panorama surgió la Organización Tortilla de Maíz Mexicana A.C. Ellos iniciaron el proyecto Maíz Palomero Toluqueño que planea sembrar granos del CIMMYT* y el Colegio de Posgraduados, cuyos bancos de semillas incluyen colectas de maíz de distintas décadas: 60, 40, 50 y recientes. La buena noticia es que la primera cosecha de los 27 diferentes tipos de maíz que sembraron fue todo un éxito. Si el resto de las semillas germinan y crecen en buenas condiciones, hay una esperanza de que el maíz palomero no se esfume de nuestro país.
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El proyecto es ambicioso, pues contempla además una profunda investigación de campo para buscar productores que hayan conservado los maíces palomeros y que los continúen sembrando. Pero es la única manera en que podemos recuperar las semillas milenarias y sus probados métodos de cultivo. La Organización Tortilla de Maíz Mexicana lanzó una campaña en Kickstarter México para apoyarse de la sociedad y continuar la labor de rescate del maíz palomero.
Quedan pocos días para donar, pero esta A. C. es sin duda una de las empresas más dignas e importantes para el país. Los estaremos siguiendo de cerca.