Madre Café es un restaurante acogedor en una casa Porfiriana en la Roma. Está diseñado para que uno pueda pasar allí todo el día, ya sea comiendo, tomando un café o bien un trago. Lo especial de este lugar es que, por su arquitectura, a cargo de Patricio Molina (Taller 905), siempre hay una parte del patio donde pega el sol, así que aunque sea invierno, uno no muere de frío. En las noches, para cenar, hay una zona donde las mesas tienen pequeñas fogatas al centro. Casi todo el espacio es un jardín.
Los rayos del sol, las pequeñas fogatas y la comodidad de la casa sirven para que uno nunca quiera irse. Por algo se llama Madre Café, es como un lugar maternal, cálido, donde uno se siente bien.
El menú de desayunos
Los platillos de Madre Café son clásicos pero con un toque de la casa. El menú está diseñado por el chef Víctor Zárate, quien buscó hacer algo fresco, sin limitantes, para que así hubiera una opción para todos. La carta tiene, tanto en desayunos como en comidas, una sección de especiales. Por ejemplo, hay chilaquiles (que sirven con chicharrón), o huevos benedictinos con salmón, pero también hay enchiladas de pato con pipián verde o tamalito de queso de rancho con salsa de frijol. El pan es imperdible, lo preparan ahí mismo y recomendamos la concha de cardamomo rellena de nata. El café de especialidad es de Puebla y está muy bueno.
Comidas
Para la tarde hay pastas, paninis, ensaladas, sopas o bowls. La carta es extensa, pero entre los platillos destacados de la tarde hay pollito de leche rostizado con papas y curry, pesca del día con salsa de alcaparras o costilla de res bourguignon. La cocina cierra a las 12 pm, así que uno puede ir a cenar hasta tarde.
La cocina de Madre Café es abierta y sobre la barra de mármol está una marzocco (máquina de café) color perla que combina muy bien con el lugar y es garantía de una buena extracción. Además del espacio al aire libre hay una zona techada justo frente a la barra de cocteles, ahí uno puede cenar en un espacio de mayor intimidad. Hay unos sillones azules muy cómodos y elegantes.
La coctelería en el jardín de Madre Café
El ambiente es clásico, familiar y relajado. Eso se debe a que los elementos armonizan bien. Las jardineras dan mucha paz al entorno, en una hay un cafetal sembrado, es de la región de donde traen el café. La sensación de estar fuera de la ciudad por tanta calma que se respira, indica el momento de tomar algo según a uno le apetezca. Por un lado están los clásicos y por otro las creaciones del bar tender Braulio Hernández. Con los carajillos hay un romance especial, ocupan un lugar muy visible en la carta: hay de matcha, horchata, cardamomo, Baileys y bombón quemado. Hay kombucha de gengibre y de lavanda, agua en coco natural, cold brew, cervezas artesanales, frappé, café y casi todo lo que te puedas imaginar en cuanto a coctelería.
Por cierto, son pet friendly.
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