Jametaro es un nuevo restaurante de ramen en Santa María la Ribera que acabamos de ir a probar. Sirven 4 tipos de ramen (muy bueno por cierto), arroz y gyozas de verdura. Es todo. Y es más que suficiente. ¿Será que la Santa María se está convirtiendo en un epicentro gastronómico especial?
El dueño, Masahiro Kanashige, es japonés y a pesar de servir comida tradicional nipona, todo tiene elementos mexicanos. Por eso aunque el negocio tiene un aire minimalista y oriental, casi toda la decoración viene de los mercados de chácharas de la ciudad. En las paredes hay juguetes, flores artificiales y espejos antiguos. El artista japonés Ocho, quien es fan de estos mercados, se encargó de diseñar el lugar y el logo, que es un personaje inventado por él llamado Jametaro. La decoración en entonces una mezcla de chácharas típicas de mercado mexicano y tradición japonesa, como las cortinas de la entrada que tienen cerca de 100 años y aún lucen como nuevas.
La comida en Jametaro
Masahiro trabajó como encargado de cocina en Sushi Iwashi, uno de los restaurantes del grupo Edo Kobayashi, pero después de unos años decidió que ya era momento de abrir un restaurante propio. Eligió ponerlo en Santa María la Ribera porque es un barrio tradicional con un toque fresco que combina bien con el restaurante. Para él, lo ideal es que la gente conozca la auténtica cocina japonesa y que la abrace como propia. De ahí el estilo japonés y mexicano del restaurante que por ahora sólo abre los fines de semana, pero esperan que para noviembre ya estén disponibles toda la semana. Todo depende de cómo respondan sus clientes.
El menú en Jametaro tiene sólo 6 opciones para comer y 4 de ellas son ramen. Uno puede escoger entre el ramen de soya, sal, vegano y miso (favorito). Para acompañar hay arroz y gyozas rellenas de verduras. La mayoría de los ingredientes que usan en Jametaro vienen de mercados locales. Los fideos, por ejemplo, son caseros y los hacen justo en María la Ribera desde donde surten a otros restaurantes de la ciudad. Por su parte, casi toda la porcelana viene Taller Mono Rojo, quienes también son amigos de Masahiro (y nuestros) y comparten su idea de darle un toque mexicano a lo japonés.
A poco de haber abierto, Jametaro ya tiene clientes frecuentes y, por lo que vimos, a ellos también les gusta el ramen de miso, pues el caldo tiene esa consistencia espesa y sabor fuerte que pocos japoneses en la ciudad logran tener. Nos encanta que hayan abierto y, obviamente, les auguramos mucho éxito.
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