Hace unos días visitamos un nuevo restaurante frente al Parque España, de comida rica, saludable y desenfadada. Entre otras cosas deliciosas, nos sirvieron unas bebidas de agua tónica artesanal que no conocíamos. Nos cautivaron al instante, por frescas y flamantes. Ahora sabemos que se trata de Tónica Sagrada, una marca pequeña, local y medio desconocida que poco a poco va haciéndose lugar en restaurantes y bares de la ciudad. Pocos días después, tuvimos la oportunidad de probar todas sus mezclas y recetas posibles en nuestra terraza. Y ahora estamos aún más encantados.

Carlos Kubli hace el agua tónica desde cero. Las recetas son suyas. Algo así como una reinterpretación mexicana del agua tónica. La afición de Carlos por esta bebida comenzó en los pubs de Inglaterra. Como era de esperar, pues el gin & tonic es la bebida nacional e incluso llega a ser más barato que las cervezas. Disfrutaba muchísimo el amargor particular de esta bebida y se quedó por siempre en su garganta. Tanto, que ahora hace sus propios tónicos. Con la vocación del boticario más anacrónico, comenzó experimentando con la receta original del Dr. Schweppe. Finalmente creó la suya propia, y podemos decir que la mejoró.

El Dr. Schweppe fue un joyero y boticario suizo-londinense. Para 1850, que inventó el agua tónica, ya se conocían bien los beneficios de la quina, la corteza del árbol con que está hecha esta bebida. Ya había salvado a una condesa de la malaria, a soldados ingleses de los mosquitos africanos y a toda una civilización precolombina (en Perú, Ecuador, Venezuela y Colombia) de muchísimos achaques. La quina es un medicamento febrífugo, tónico y antiséptico.

Lo que hizo el doctor fue infusionar el agua quina con lemongrass y azúcar. Hoy sabemos que una botellita de Schweppes es más azúcar que nada. Y por eso Tónica Sagrada es tan especial. La infusión base es toda hecha de especies naturales, tiene cinco sabores distintos y no lleva azúcar: sólo una cantidad imperceptible de miel de agave que hacen en Guadalajara. Por lo tanto la tónica, con sus mezclas de quina y hierbas, es aún mejor (si se hace natural).

Todas las infusiones llevan pimienta, cardamomo, semilla de cilantro, lavanda, toronja, naranja y el sabor de cada uno. Estos pueden ser el clásico (lemongrass), toronjil, salvia, tomillo y cedrón. Carlos lo hace como un concentrado o sirope para que rinda bien y que cada quien tenga la oportunidad de hacerlo como prefiera. Una botella cuesta 180 pesos y alcanza para 8 vasos grandes. Cada quien la mezcla con el agua mineral que quiera y las frutas o (más) especies que desee.

El chiste es que nosotros mismos tomemos el papel del alquimista. Que lo hagamos al gusto. Podemos ponerle alcohol (o no), servirla fría o caliente, dulce o amarga.

La clásica –de zacate limón– sabe fresca y equilibrada. Ayuda al sistema digestivo y a los nervios. La de tomillo huele desde lejos, a remedio medicinal (pero dulcesito); es un antibiótico natural. La bebida de toronjil sabe mentolada y un poco a citronela. Es un relajante natural. La de salvia deja un regusto áspero y dulzón.

Por ahora las aguas de Tónica Sagrada las encuentras en LynLyn, Cedrón, Hanky Panky, Huset, La Riviera del Sur, Pata Negra, Hotel del Parque México, Ah-Un, Talismán de Motolinia y Pasagüero. Por ahora Carlos vende las aguas por caja a restaurantes o particulares. Y va a eventos a preparar él mismo las bebidas (que le quedan buenísimas) y contar buenas historias de piratas, boticarios y magos. Como lo hizo con nosotros 🙂

Habla al 5554127065 para hacer tu pedido.

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