El Mandarino sorprende desde sus entradas como los dumplings clásicos de cerdo bañados en salsa de soya con chiles toreados y cebolla. El menú ofrece sopas como la Bun Bo Hue (caldo de res con curry y fideos), tallarines chinos con ostras, arroz thai (salteado con piña y vegetales) y las especialidades que van desde camarones en salsa de mandarina hasta el clásico pollo Hunan.
Te recomendamos el pollo al Kungpao (láminas de pechuga de pollo salteadas en el wok con cacahuate y salsa dulce) y los fideos Singapur (sazonados al curry con vegetales y huevo). Otro platillo a destacar son los tacos de lechuga ya sea de vegetales salteados, de pollo o camarón. Uno pensaría que por ser una opción “light”, te quedarías con hambre pero la verdad es que hasta la porción de estos tacos es vasta. Aquí no te vas a quedar con hambre.
En el Mandarino el servicio es rápido, la atención buena y los precios no son altos para la cantidad y calidad de la comida. Si uno comparte se llega a gastar entre $100-$150. El lugar es un espacio pequeño, sin muchos lugares para sentarse más que una barra y una mesa que bien puede acomodara 4 personas. A pesar de que sí hay un área para comer ahí, te recomendamos pedir para llevar pues no es muy cómodo comer en el lugar; el estar ahí nos hizo descubrir que el concepto es más de take-out.
El Mandarino es para esas ocasiones en las cuales uno quiere quedarse en casa, comiendo de una caja blanca como en una escena de película para terminar por ser el cliché de uno mismo mientras disfruta de unos fideos o un buen curry.
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