Dentro de la Central de Abastos, a la mitad del camellón de la calle Frutas y Legumbres, se encuentra el Comedor CDMX. Es una clase de bodega que, entre las tantas que conforman el entramado complejo estructural de la Central, sobresale por su exterior rosa y blanco. Para llegar debe cruzarse un puente peatonal que conecta el paradero de camiones, que está junto a las pescaderías, con la sección de Frutas y Legumbres, una de las más grandes y concurridas. El Comedor CDMX es el único comedor dentro de la Central y el más grande de toda la ciudad.
Por fuera, sobre la fachada, hay una cartulina que dice con toda claridad en plumón indeleble: “COMIDA $10 Sopa, Arroz, Frijol y Guisados” y una impresión digital en placa de plástico lo sintetiza: El costo de la comida es de $10 (diez pesos).
Por dentro, mesas comunes, una cocina y un baño (fuera de servicio) componen el “Comedor CDMX” de la Central de Abastos. Es el que tiene mayor afluencia en la red de más de 300 comedores comunitarios de la Ciudad de México, que comenzaron a operar desde el 2009 como iniciativa del Gobierno. La idea era responder a la rampante crisis económica del año anterior y ofrecer al capitalino una opción que coincidiera con las “tres b”: Bueno, Bonito y Barato.
El proceso para comer ahí es simple: en una mesa espera sentada la trabajadora social, quien cobra y te entrega una ficha que puedes cambiar en la barra por una charola con sopa, arroz, frijol y un guisado a elegir dentro de las opciones. También te dan bebida y postre. Basta con dar tu nombre, edad, una firma, y pagar los 10 pesos. El ambiente es acogedor incluso si está a la mitad de un camellón entre dos vías con camiones de carga y tráfico constante. La mayoría de los comensales se reconocen entre sí. Son frecuentes porque trabajan allí o viven en la zona, igual que los que atienden.
Comida
La última vez que fuimos a desayunar había pipián y chilaquiles (uno elige si le pone crema y queso) y de tomar té de manzanilla y sobrecitos de sustituto de azúcar por eso de la diabetes. Cuando pagas te dan de postre una galleta rellena de mermelada. En Comedor CDMX la comida cumple bien con la promesa de una comida corrida: los guisados son buenos, sustanciosos, nutritivos, y uno termina de buen humor.
Este comedor se apoya de un programa diseñado por la UAM en el que se crearon 204 menús completos para los comedores que están en las áreas más marginadas de la ciudad (a saber, Iztapalapa, Gustavo Madero, Tlalpan y Tláhuac). Por su simpleza y eficacia, la comida corrida es el concepto que más se ha adaptado a la disparidad entre la inflación y el poder adquisitivo promedio. Su característica esencial: perfecta relación costo-beneficio.
El Comedor CDMX ha llegado a percibir más de 1,500 personas en un solo día. Bajo reservas, hay algo sumamente valioso en este espacio: la noción de comunidad y la generosidad de las cocineras, que pueden sazonar tan bien un guisado para más de 1000 personas.