Un Rincón de Chile

Un Rincón de Chile, en la Del Valle, es un auténtico viaje gastronómico a 7,000 kilómetros de distancia. Sopaipillas, pastel de choclo y mote con huesillos son algunas de las especialidades del lugar y de las cuales contamos en esta entrega.

Comedor Internacional

Comedor Internacional es una historia sobre personas de todo el mundo que vinieron a vivir a la Ciudad de México y sobre los sabores que más extrañan de su país. Es también un punto de encuentro entre la gastronomía global y los restaurantes que la preparan en su versión más auténtica.

Comedor Internacional

Cuando Eduardo Guerrero se mudó a la Ciudad de México hace tres años, una de las primeras cosas que tuvo que adaptar fue su forma de hablar. Había veces en que, recuerda, antes de pedir indicaciones o comprar algo, tenía que prepararse: respirar hondo y ensayar en su mente lo que estaba a punto de decir, aunque no siempre con buenos resultados. “No me entendían. Siempre me respondían con un ‘¿mande?’, y empecé a hablar como robot”, dice sonriente. Los chilenos, se sabe, hablan muy rápido. “Hoy hablo más pausado y pronunciado”, dice.

un rincón de chile

Eduardo es originario de Curicó, una localidad de 100,000 habitantes en el sur de Chile. Estudió Psicología en Talca y, al terminar, se mudó a la capital, Santiago, donde trabajó durante siete años como “Godínez” (dice en completo dominio del slang mexicano) y donde también conoció a su esposa, con quien se mudó a nuestro país. Aquí se dedica su pasión: la programación de videojuegos educativos. De hecho, uno de ellos recibió un premio internacional.

Un Rincón de Chile

Esto nos lo cuenta en Un Rincón de Chile, un restaurante de gastronomía chilena en la Del Valle, cerca de Marie Callenders. A dondequiera donde uno voltee, la decoración remite al país sudamericano: sobre sus paredes hay cuadros con artesanías chilenas, un mapa de sus regiones y banderas; de fondo suena música de artistas chilenos: Mon Laferte, Javiera Mena y Los Bunkers, entre otros. El menú incluye los platillos más emblemáticos de su gastronomía, que Eduardo estudia con detenimiento para después elegir.

un rincón de chile

pastel de choclo

Menú

Como entrada, en Un Rincón de Chile probamos la empanada al horno y las sopaipillas, algo así como gorditas de zapallo (una suerte de calabaza), que tradicionalmente se come durante la temporada de lluvia y que se acompaña con mostaza. Nos cuenta que este platillo se vende en puestos de la calle (generalmente de peruanos) y en los estadios. “Era tradición llevar sopaipilla al estadio, una para mí y otra para aventarla al referee”, bromea.

empanada al horno

Empanada al horno

sopapilla

Para plato fuerte pedimos porotos granados, un guiso de frijol blanco, elote, ejotes y calabaza de Castilla, y el tradicional pastel de choclo, que de primera vista parece un pay de elote tierno molido, carne de res y pollo. Y, aunque la consistencia cambia mucho por los ingredientes y la altura, sí remitió a Eduardo a su época en Chile. Todo es delicioso y el servicio del restaurante, excepcional.

comida chilena

pastel de choclo

Mientras comemos, Eduardo, risueño durante toda la plática, nos cuenta de la comida en las distintas regiones del país, las fiestas patrias, los terremotos —que allá son tan comunes que hasta los toman con sentido del humor—, el Colo Colo (equipo de futbol chileno), la Católica de Chile, los climas extremos en verano e invierno, pero sobre todo, sobre cómo su llegada a México le ayudó a entender varios chistes de programas de televisión, como el doblaje de Los Simpson, que veía de niño. Supo, por ejemplo, que cuando se referían a la migra, no era un demonio o cosa de brujería, sino las patrullas de migración, o que cuando el payaso Krusty habló de peinarse como quesillo Oaxaca, era una referencia real y no una frase inventada como siempre pensó.

Desde que se mudó, Eduardo ha vuelto a Chile tres veces. Planeaba ir de visita en febrero del próximo año, pero debido a las fuertes movilizaciones sociales y los ataques de represión por parte del gobierno chileno durante las últimas semanas, lo canceló. Para él, se trata de las consecuencias de la rabia y el hartazgo acumulados. “Ser chileno era vivir con deudas siempre: la escuela, la casa”, cuenta. Ante el panorama actual, se dice optimista porque quizá las marchas podrían terminar con las reminiscencias de la dictadura chilena (1973 a 1989) que seguían vigentes en varias prácticas de control. De nuestra parte, todo el apoyo al pueblo chileno.

¿Qué sabías o qué habías escuchado de México antes de venir?

La comida. Que la Ciudad de México era muy grande. El Chavo del Ocho. La música, ciertos grupos, cantantes. La música ranchera, por ejemplo, pegó muy fuerte en Chile. Jorge Negrete hizo una gira por el campo y la gente quedó enamorada de él. Hay grupos chilenos que tocan música ranchera. Lo malo de México también llega allá, como el tema del narco. No me daba miedo porque México es muy grande, sería mala suerte que me tocara a mí.

un rincón de chile

¿Cuál fue el primer taco que comiste aquí?

[Se le agrandan los ojos.] El primer taco que comí aquí fue en Los Pericos. Los de arrachera son buenos. Me gusta que acá con la comida se aventuran de todo. Tienen el tamal, lo piensan, lo miran, dicen: “si lo meto en un bolillo, si uso ese bolillo, lo empanizamos, lo ahogamos”, son muy creativos.

¿Tu familia ha venido a visitarte?

Sí, mi papá. Quedó enamorado de la comida, de la amabilidad de las personas, pero también quedó mareado por la altura.

¿Qué vinos recomiendas comprar?

El Reservado, cuesta 116 pesos en el Sumesa. Casillero del Diablo, hay una versión 666, que está interesante probar. Allá en Chile una botella de vino cuesta como un pasaje del metro.

MENÚ EN UN RINCÓN DE CHILE,
SUGERIDO POR EDUARDO EN UN RINCÓN DE CHILE

Sopaipillas.
Empanada del horno.
Porotos granados.
Pastel de choclo.
Mote con huesillos.
Vino tinto.

COSTO POR PERSONA

196 pesos, en promedio.

TIP DE EXPERTO

mote con huesillos

Mote con huesillos

En Un Rincón de Chile es imperdible pedir como postre el mote con huesillos, una mezcla de jugo acaramelado, mote de trigo y duraznos deshidratados (huesillos). Y claro, para los demás platillos, hay que acompañar con vino.

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*Si quieres participar en Comedor Internacional (o conoces a alguien que quiera), escríbenos a [email protected].