A un costado del caudal de autos de Periférico Norte, a la altura de Polanco, se escondía a plena vista una casa estilo Tudor que era el legendario restaurante inglés Sir Winston Churchill’s. Después de casi 50 años (desde 1972) cerró sus puertas. No pudo sobrevivir a la Pandemia. Y con él se va una pieza brillantísima de nuestro alhajero gastronómico. El Churchill’s es irremplazable.

En 1935 se construyó la casa del Churchill’s dentro  de “Chapultepec Heights”, la zona más exclusiva de la ciudad, pensada para ser la primera “ciudad jardín” de México. La colonia se planeó como un vecindario que replicara el country side inglés, con sus casas rodeadas de enormes pedazos de verde y jardines “silvestres” bien cuidados. Poco después, el idealismo al extranjero se salió de la manos y la zona llegó a tener casas tipo American Cottage o Spanish Colonial Revival, incluso casas al más puro estilo Beverly Hills. Pero el Churchill siempre representó a sus raíces británicas.

Churchill's

¿Y quién dijo que la comida inglesa era aburrida o insípida? Hay menos de un puñado de restaurantes en la Ciudad de México tan suculentos, elegantes y genuinos como lo fue el Churchill’s.

cierra el Churchill

Churchill

Su filete Wellington y el prime rib de roast Beef, servido con un Yorkshire pudding, espinacas a la crema y papas rostizadas fue el más reconfortante “sunday roast” que tuvo nuestra ciudad. El roast beef, además, lo rebanaban en la mesa y las copas de vino, rojas, te hacían sentir en navidad.

Desde luego también estaba el carrito de postres para acompañar con té. Perfectamente acomodados y con aspecto delicioso, se formaban el cheesecake de blueberry, el trifle de jeréz, el kafka de chocolate, la tarta de trufas, los tazones de fresas y frambuesas. Aquí todo sabía a lo que imaginamos en una novela de Dickens o de Sir Arthur Conan Doyle.

cierra el Churchill's

wellington

Los comensales del Churchill siempre iban elegantes a celebrar algo. O, al estilo club londinense, a discurrir, comer, leer el periódico, fumar un puro, beber whiskey y ver la chimenea. Nunca olvidaremos el cuadro chueco de Sir Winston Churchill, los leones reales de piedra a la entrada, los tapetes, la luz bajita, las cortinas rojas, los meseros elegantísimos y diligentes , el señor que tocaba el piano en las noches o la pieza que coronaba la chimenea: Enrique VI pidiendo pidiendo por el rescate de su cautivo y noble prisionero Ricardo Corazón de León.

Ahora, por motivo de cierre, la casa Churchill subastará la colección de  muebles y cuadros que estuvieron tantos años en esa casa. La subasta será el 17 de junio. Puedes entrar a ver las piezas aquí.

 

DEP Sir Winston Churchill’s.