Salón Cero es primero que nada un café diseñado al estilo de los antiguos salones de café, donde uno va a platicar o leer o a pasar la tarde. Es decir, un punto de reunión para sentirse cómodo. Por otro lado, Salón Cero también es una “miscelánea gráfica”, como ellos le dicen, porque los dueños son verdaderos apreciadores del diseño gráfico y la ilustración. Las paredes están repletas de sus piezas favoritas y algunas incluso se pueden comprar. Hay que ver el rótulo de estaño a la entrada del espacio para quedar cautivado.

salón cero

Logo por el maestro de la rotulación en estaño Don Melquiades. / Foto de @danielapony

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Hay dos o tres cosas de comer (justo para aquellos que, como nosotros, piensan que demasiadas opciones son un mal de los tiempos) bajo la leyenda de Slow food, no se desespere: algunos toasts (salmón, jamón serrano, ate, tocino marinado al maple) acompañados de churritos de amaranto; pan del día, cafés e infusiones.

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Salón Cero puede servir de oficina temporal, de guarida de lectura o de miniforo para poner discos en su tornamesa. Tienen buena selección de discos clásicos, como John Coltrane, Lou Reed, Duke Ellington, Charles Mingus o David Bowie, pero también puedes llevar y poner los tuyos.

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El amor por el diseño gráfico viene de una de las socias, Daniela Michelle (@danielapony), quien es ilustradora y escoge con mucho cuidado las cosas que están allí y que rotan continuamente. Cada dos meses estarán haciendo colaboraciones con ilustradores en su y de vez en cuando habrá pláticas enfocadas al diseño y la ilustración. Salón Cero busca revivir el arte de la conversación, la paciencia y la importancia de rodearse de piezas hermosas y bien hechas mientras uno se toma su tiempo.

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