Independientementede su tamaño, género o antigüedad, los festivales más valiosos son aquellos que generan nuevas formas de relacionarnos con la música y el mundo. Ya lo habíamos dicho antes y tras esta última edición lo reiteramos: Ceremonia es definitivamente uno de los mejor llevados.
La diversidad del Ceremonia se reflejó en cada uno de los actos, los cuales, por necesidad o por declaración artística, reflejan personalidades inimitables. Ya sea por su presencia en el escenario (léase Arca) por su sonido (Four Tet o Caribou) o por el lugar en que su carrera se encuentra (definitivamente King Krule): cada artista está allí para promover esta premisa. Otro acierto fue el escenario curado por Traición, una propuesta que si bien ya es bastante conocida, no suele tener un alcance así de masivo.
Aunque a algunos les parezca hiperbólica, es en la cualidad multitudinaria de este festival donde cabe la diversidad. En este evento masivo estos fueron nuestros rincones o fragmentos favoritos.
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