El nuevo Bar Oriente es una mezcla de izakaya (típico bar japonés de pequeños platillos maridados con tragos), bar –con ocasional música en vivo– y karaoke privado. Cada uno de estos tres “temas” están en un piso diferente del edificio, donde antes era el Club Social Rhodesia.
Así, puedes ir a cenar –bajo reserva– en una barra de la cocina y platicar con el chef Bruno Nomura, o puedes ir al restaurante y pedir el menú.
Bruno, el chef creativo del restaurante, es de familia mitad japonesa mitad de Ensenada, Baja California. Y así es su comida: sabores mexicanos con preparación y técnica japonesas. La idea del Bar Oriente la toma del izakaya y lo más rico son las brochetas, que se hacen a las brasas, y los tiraditos. Nuestra recomendación especial es la brocheta braceada de panza de cerdo con tare (salsa) de tamarindo.
El menú fijo de Oriente tiene arroz, brochetas, ceviches y tiraditos, pero hay platillos de temporada y uno puede sentarse en la barra para ver como se preparan todo. En Oriente solo hay vinos naturales y tienen una amplia carta de sakes (incluidos un par que se hacen en Sinaloa), además de una exquisita selección de cocteles diseñados especialmente para el lugar.
Después de cenar, a eso de las 11, puedes elegir bajar a planta baja a escuchar un grupo en vivo mientras tomas un trago (hay área de fumar) o rentar uno de los dos cuartitos de karaoke donde caben hasta 30 personas y tiene su propia barra y mesero (cuesta $1000 la hora).
En cuanto a la música, la electrónica está casi vetada, a menos de que haya una fiesta especial (como la que inauguró el lugar: Traición). La idea es tener grupos de jazz, funk, soul y otros géneros que van en esa línea que toquen en vivo en el bar. Por ejemplo, la semana pasada tocó Tropicaza con su banda llamada La Redada, y al día siguiente un ensamble de instrumentos de metal. Así, lo que era el Rhodesia cambió de giro y ahora algunos de sus asistentes se convirtieron en socios. Si algo tiene el Bar Oriente es una oferta ecuménica para sentir que vives varias experiencias sin salir de un edificio hermoso. Y la comida es deliciosa. Recomendamos reservar.
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