La Especial de París comenzó en 1921 como un carrito con 2 sabores de helado, vainilla y limón. Pero se dio a conocer poco después, cuando la literatura era también guía de la ciudad y la gente leía un poco más. Salvador Novo, en La nueva grandeza mexicana, la catalogó como uno de los mejores lugares para saborear un buen helado. Para 1929, la Especial de París ya era un puesto firme en la calle París, en el mismo sitio donde se encuentra hoy.
Desde luego que no todos los carritos de helados han corrido con la misma suerte. Lo que hizo tan especial el sabor de estos helados es que el señor Domingo Lozada, fundador y chofer de aquel carrito, fue instruido por unos italianos en el arte y secreto de un buen helado, y luego fue él quien “mexicanizó” los sabores con ingredientes de nuestro país.
Por cuatro generaciones, los descendientes (sólo los hombres) del señor Domingo Lozada han continuado las recetas. El helado más famoso es el de vainilla, que destaca de todo el resto de los helados de vainilla de la ciudad por estar fabricado con vainilla mexicana de alta calidad, sin saborizantes artificiales ni conservadores. De hecho, ninguno de los helados de La Especial de París tiene conservadores.
Al día de hoy tienen alrededor de 50 sabores que siguen elaborando con técnicas y bases italianas mezcladas con recetas mexicanas. Hay, por ejemplo, helado de tabaco, de aceite de oliva, de cardamomo, jengibre, fresa, queso de cabra con sultanas de coñac, y tienen helados de temporada como calabaza en tacha, mazapán o granada.
En la Especial de París solo cierran cuando alguien muere (han cerrado solo 14 veces en todos estos años) y los clientes frecuentes llevan yendo toda la vida. Están a poco menos de 4 años de cumplir 100, y estas son las cosas que hay que celebrar en la Ciudad de México.
[snippet id=”24466″]
.
Tal vez también te interese:
Ruta por 13 lugares imperdibles alrededor del Frontón México (video)
Helados Cometa: donde todo sabe a infancia