Por lo general cuando algo es bueno, pasa la prueba del tiempo. Aquí hay más de 40 años de éxito. De todos los puestos de mariscos de la Ciudad de México (por las obvias y sensatas dudas que levantan) el Jarocho de las Lomas destaca. Tiene unos cocteles de camarón deliciosos que están bañados en una salsa picante difícil de imitar (ya tratamos). El Jarocho de las Lomas es tan popular que se rumora que Felipe Calderón pasaba algunos sábados por un par de antojitos.
Aunque sería normal pensar que el puesto viene de Veracruz, no es así. Hace más de cuatro décadas, Elliot Nez dejo Michoacán para venir a la Ciudad de México y empezó a vender mariscos frescos. Se corrió la voz porque sus mariscos siempre fueron de excelente calidad. Tanto así que su carrito-puesto enfrente de la gasolinera de Virreyes es prácticamente una institución. Ahora su hijo continua con la tradición familiar y lleva el negocio. La mejor receta que tienen es la de los cocteles de camarón.
También hay cocteles de pulpo, jaiba, ostión, tiras de pescado capeadas, empanadas y tostadas. Sus envases de vidrio guardan la temperatura por más tiempo y generan menos basura. También se puede pedir la comida para llevar, y en ese caso se recomienda llevar un recipiente para no hacer más basura.
Sobran razones por las que vale la pena probar este lugar, lo único es que, como en todo buen y económico lugar, casi siempre hay una fila bastante larga. Por lo general abre a las 11hrs.
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