Raúl de la Cerda es un diseñador industrial mexicano y la mente detrás de uno de los espacios más radiantes en Design House. Dentro de esa casa en Lomas Virreyes que intervinieron varios artistas, diseñadores y arquitectos para Design Week México, Raúl fue el encargado de dos habitaciones pequeñitas –casi secretas– en el tercer piso. Una de ellas fue un laboratorio de experimentos con ginebra lleno de olores y experimentos ricos, la otra un lounge color terracota con un gran árbol al centro, perfecto para tomar un trago y tener una conversación quedita.
Platicamos con Raúl de la Cerda sobre el proceso de colaborar con una marca como Bombay Sapphire para diseñar estos espacios, los lugares de la ciudad que lo inspiran y un poco más de su historia.
¿Qué es el diseño para ti?
Para mi diseño, suena un poco cliché, pero es un estilo de vida. La verdad desde muy chico tenía este sentido desarrollado de la creatividad. Como diseñador tu puedes alterar de manera positiva o negativa la vida de cualquier persona.
¿Qué lugares de la ciudad te inspiran?
Los lugares que me inspiran de la ciudad la verdad son todos. Creo que tenemos un lugar con tanta cultura, tanto movimiento… la gente me inspira. Si vas a un mercado sales con mil ideas, si vas al Museo de Antropología también.
¿Cuál es tu edificio favorito de la ciudad?
Me encanta el Museo de Antropología, es uno de los lugares básicos para mí, independientemente de la exposición que haya es un lugar que me gusta visitar. También me gusta Casa Barragán, muchísimo.
¿Cuáles son tus materiales favoritos cuando diseñas?
Los materiales siempre cambian dependiendo del proyecto. Creo que algo importante al diseñar es ser coherente y consciente del contexto en el que estás. Es importante que los diseñadores seamos coherentes con los materiales que escogemos, porque al final yo te podría decir que me encanta el mármol, que me encantan las maderas sólidas, pero luego también es inconsciente porque hay pocos mármoles mexicanos, por ejemplo. Me gustan todos los materiales mientras sean “honestos”; no soy tan fan del plástico que parece madera, por ejemplo, me gustan que los materiales se vean como lo que son.
¿Qué es lo que más disfrutas de diseñar?
Una de las cosas que más me gustan es que diseñar nunca es un trabajo que uno hace solo. Hay muchísimas personas involucradas: arquitectos, constructores, fabricantes, ebanistas, maestros de obra… para materializar estos dos espacios hubo personas increíbles trabajando junto conmigo, y de muchas partes de México. Un proyecto como este le da trabajo a mucha gente. Además, es algo que se hace en muy poco tiempo entonces tienes a muchas personas trabajando; de repente ves a un arquitecto súper reconocido trapeando un día antes.
¿Cuál fue el proceso para diseñar el gin lab?
En esta ocasión lo que hice fue bocetar la idea general y buscar a gente que admiraba para colaborar conmigo. A Diego, el artista que hizo las ilustraciones, no lo conocía, por ejemplo. Un día le escribí un mensaje en Instagram diciéndole que me gustaba su trabajo y que tenía este proyecto. Y así fue todo, de principio a fin un proceso de colaboración.
¿Cómo fue colaborar con Bombay Sapphire para el diseño?
Bombay Sapphire es una marca que desde sus inicios está muy ligada a la creatividad y al diseño. Yo empecé a trabajar con ellos hace un año en la campaña de Stir Creativity. Para este proyecto lo más padre fue conocer e inspirarme en la historia de Bombay Sapphire y todo lo que tiene detrás, todo el proceso es súper específico, las recetas, los ingredientes. Me parece padrísimo que una marca voltee a ver a las áreas creativas pues así nacen estas grandes alianzas.
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