En Revolución 557 hay un edificio de 4 pisos, de mosaico veneciano café y raído. En el primer piso hay una refaccionaria, una tienda de autopartes y otra de pulidoras. En el segundo un despacho de clases de manejo, un centro de alcohólicos anónimos y un espacio artístico que llegó recientemente: USSR (Un Studio Sobre Revolución). En un estudio sobre Revolución el piso se mueve cuando pasan los camiones. Por la ventana se alcanza a ver el cielo espeso y plúmbeo y un paisaje de coches, motores y más refaccionarias. En una avenida como ésta siempre está pasando algo. En USSR también.
Los creadores de U.S.S.R son cuatro: Marcos Castro, Ciler, Francisco Outon y René Zemog. Ellos se juntaron porque buscaban un espacio donde trabajar. Es decir, USSR es su estudio, o al menos así comenzó, hasta que el uso del espacio se fue modificando casi orgánicamente hasta ser esto y muchas cosas más. Decidieron recibir residentes, hacer exposiciones, talleres… Incluso hicieron un par de clases de yoga fallidas (en un estudio sobre Revolución hacer yoga puede ser contraproducente). USSR es un experimento que ha llegado a mejorar la ciudad.
A unos meses de haber comenzado, la pregunta de cómo debería ser o no ser este espacio sigue latente. Lo siguen explorando, pero más bien están dejando que las cosas vayan fluyendo naturalmente. Lo que tienen muy claro es que no quieren que sea sólo un espacio de exhibición, sino de producción, de aprendizaje, de convivencia –la actividad que siempre nutre los procesos–.
Hay también un club de bordado que dirige Tatiana Castillo y sucede una vez a la semana. Se llama Costurero Contemporáneo. Hace unos días organizaron el primer jam de poesía y llegaron alrededor de 30 personas. En algún momento el micrófono se abrió al público y al menos tres pasaron a leer lo que tenían a la mano –bajo la influencia del mezcal de cortesía, la marca de un amigo suyo–. Esto lo repetirán una vez al mes. También hubo un taller para aprender a rotular letras a trazo y con pincel, que impartieron los de Rotulación Profesional.
Hasta ahora han tenido sólo un par de residentes. El primero fue Alejandro García Contreras y luego llegó Abraham González Pacheco (obranegra), un artista de Malinalco, que en este último trabajo trata con la especulación en la arqueología (y nosotros se la creemos). Cada que haya un residente abrirán USSR para que los artistas muestren su trabajo. Así, como una suerte de inauguración, uno va a convivir, a tomar una cerveza, a estar con este grupo de personas y estar en este espacio abierto que, más allá de tener una agenda clara, no se queda quieto. Improvisa. URRS no es igual a todo lo que tenga que ser (ya nos enteraremos).
[snippet id=”45089″]
.
Más en local.MX
16 piezas (fascinantes / incómodas) del japonés Takuro Kuwata @ galería Mascota