Después de 77 años cerrada, la zona arqueológica de Mixcoac acaba de abrir sus puertas al público con pirámides restauradas y un museo de sitio. Así los visitantes podrán conocer más acerca de este conjunto prehispánico descubierto en 1916 por el historiador Francisco Fernández Castillo.

zona arqueológica mixcoac

La zona arqueológica de Mixcoac está en la alcaldía Benito Juárez, casi incrustada en el asfalto de Periférico. De las cinco zonas arqueológicas de la ciudad, ésta es la más pequeña. Mide apenas 7,200 metros cuadrados y por eso, antes de su descubrimiento, creían que era una elevación natural de terreno. Desafortunadamente, lo que uno puede ver en el sitio son sólo los cimientos, pues en la Colonia todas las zonas arqueológicas sufrieron daños porque la gente tomaba las piedras de las pirámides para construir sus casas. De hecho, esa fue la razón por la que cerraron Mixcoac. 

zona arqueológica mixcoac

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Aunque es pequeño, el conjunto piramidal de Mixcoac es todavía más antiguo que el Templo Mayor en el Centro. Los primeros en levantar una estructura en ese terreno fueron los teotihuacanos entre los años 400 y 600 d.C. Eso se sabe porque, al igual que la pirámide principal del Templo Mayor, la de Mixcoac está construida sobre una construcción mucho más pequeña. Lo que ahora está a la vista es una estructura hecha durante la ocupación mexica en el Valle de México.

El edificio principal de la zona es un templo dedicado a Mixcóatl, el dios de las tempestades, la guerra y la cacería, de ahí el nombre del recinto. A su alrededor hay una plaza ceremonial y espacios habitacionales de adobe que, por su hechura, fueron los más difíciles de recuperar para el personal del INAH. Parte de estos últimos está bajo el techo del museo de sitio que, a pesar de ser pequeño, ofrece información sobre el pasado prehispánico de San Pedro de los Pinos. 

zona arqueológica mixcoac

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Hasta ahora toda la información que tiene el INAH sobre este sitio es la que han logrado recopilar desde los trabajos de construcción de la línea 7 del metro. La estación San Antonio (cerquita del pez más triste de la ciudad), por ejemplo, es uno de los lugares clave para este sitio arqueológico, pues allí encontraron el mayor número de piezas mexicas y teotihuacanas que ayudaron a identificar las funciones de estos edificios que, después de 77 años, ya podemos visitar para seguir conociendo el pasado de nuestra ciudad.

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