Los quelites son uno de los pilares más antiguos de la comida mexicana. Son plantas comestibles y silvestres que posiblemente salvaron la vida de los aztecas, por ejemplo, cuando caminaron desde Aztlán al lugar donde unos años más tarde fundarían Tenochtitlan. En México consumimos al menos 500 especies diferentes de quelites que crecen en estado salvaje. De hecho, durante la primavera los camellones de la ciudad tienen más quelites que pasto y nosotros apenas nos damos cuenta, aunque recomendamos no comer de esas.
En los mercados y tianguis de la ciudad hay puestos especializados en plantas comestibles donde además de quelites hay flores, plantas aromáticas y verduras cultivadas en las zonas rurales cercanas a la ciudad. Muchas veces uno las pasa de largo, pues no sabe qué hacer con estas plantas o cómo consumirlas. Por eso hicimos esta guía.
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Todas estas flores se comen (y las consigues en el Mercado de San Juan)