Las catarinas o mariquitas pertenecen a la orden de los coleópteros, esos insectos que comúnmente llamamos escarabajos, cuya característica principal son sus “alas en forma de estuche” y que son fascinantes por cómo brillan y crujen y repiten patrones. Mientras que sus colores mantienen lejos a los depredadores, a los humanos suelen parecernos encantadoras e inofensivas. Ahora que empieza la primavera, es común verlas salir en los jardines y camellones de la Ciudad de México, ya que estos insectos hibernan en el invierno.
Son carnívoras. Comen pulgones, esos insectos blandos, color verde lechoso, que se alimentan de la savia de las plantas y las destruyen. Por lo tanto, las mariquitas son un control de plagas natural para cultivos. Incluso para los jardines de la ciudad. Muchas especies de aves nativas o que pasan por aquí se alimentan de ellas y entonces su función en los hábitats donde se encuentra es doble: por un lado son depredadores de plagas y por el otro, alimento para más especies.
Hay miles de especies de mariquitas en el mundo y están en casi todas partes. Y es muy importante señalar que algunas de las que viven en México y esta ciudad son especies invasoras. Sobre todo la mariquita asiática o catarina arlequín (Harmonia-axyridis), que en 1997 trajeron con el fin de deshacerse de la plaga de pulgones y, como toda especie invasora (no nativa), terminó siendo una plaga ella misma. Esta especie, además, se come las demás especies de mariquitas.
Así, la catarina arlequín está desplazando la población nativa que ahora, gracias a entomólogos e investigadores que dedican su tiempo al tema.
Es difícil distinguir una de otra especie (nativa y no nativa), ya que son muy parecidas entre ellas, y los colores y patrones varían en una misma especie. Lo que sí es seguro, es que muchas de las que vemos son de la especie arlequín. Algunas de las catarinas nativas son la catarina convergente (Hippodamia convergens), la mariquita sin manchas (Cycloneda sanguinea) y la catarina rayada (Paranaemia vittigera).
Como muchos otros insectos, las catarinas cada vez se ven menos en los jardines de la Ciudad de México. Esto tiene que ver con el uso excesivo de pesticidas; la sustancia que amenaza no sólo a la familia de las mariquitas, sino a muchos escarabajos e insectos del mundo.
Siempre y cuando uno no sea alérgico a la mordedura de la catarina (casos rarísimos, cabe mencionar), éstas no hacen ningún tipo de daño a la salud.
*Este texto lo escribimos en colaboración con Rafael Ramírez, especialista en especies prioritarias CONABIO.
.
.
Más en local.MX
Fauna Local: el cara de niño, que está por toda la ciudad bajo la tierra