El puesto de flores exóticas de las señoras Francisca y Plácida no vende rosas rojas ni margaritas amarillas. Las hermanas tienen en su negocio matiolas, azucenas, rosas holandesas, flores de ajo, hortensias y, por temporadas, orquídeas y palos de flor de durazno. Los precios van de los 15 pesos por flor a los 100 por ramo. Un verdadero hallazgo callejero de los que se dan en cada esquina en la Narvarte.

flores de ajo

La extravagancia de los colores de las flores hace que uno cruce la calle para verlas. La mezcla de matices pálidos y brillantes son sólo un fragmento de la experiencia: la señora Francisca también vende plantas verdes de interior y suculentas.

plantas

Con una sonrisa muy amistosa, doña Francisca cuenta que empezó a vender flores en una sola cubeta, pero eso sí, siempre bien seleccionadas. No es habitual ver un puesto de cubetas de flores raras, de esas que no sabemos sus nombres, en plena banqueta de una colonia tan céntrica.

flores

Desde hace 5 años ella consiente a sus clientes y a cada ramo le agrega una que otra flor de pilón. La ropa de Plácida —mandil, sandalias y vestido—también tienen flores en estampados. En nuestra visita esto confirmó la fantasía que envuelve el puesto.

flores y plantas

Plácida asegura que sus flores tienen fama de durar mucho porque las traen muy frescas de Villa Guerrero, en Estado de México. La mayoría de los puestos de flores tienen flores del mercado de Jamaica, pero Doña Francisca nos cuenta que ella se puede dar el lujo de venden flores exóticas porque el precio es menos elevado donde ella surte su mercancía.

 

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