En el eje 5 Sur (San Antonio), en uno del tantos parques llamados “Bicentenario”, se encuentra el pez más solo y olvidado. Pariente de otros animales de cemento –que son sin duda más felices–, al pez azul no se le suben los niños. Acepta digno su diminuto destino de representar la tristeza capitalina, y este es su igual de diminuto homenaje.

triste

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