Cada año, durante las vísperas navideñas, en los mercados de la ciudad es común ver bolsas y pacas de musgo o heno que sirven para decorar los nacimientos. Pero desde hace algunos años sabemos que esto representa un daño irreparable a los bosques. Aún no hay suficiente consciencia al respecto, por eso reiteramos la importancia del musgo en su hábitat y las razones para no sumarnos a la demanda comercial.
Las funciones del musgo
En temporada de lluvias, por ejemplo, el musgo impide que el agua erosione el suelo de los bosques, pero también funciona como reserva de agua para los días secos. El heno también proporciona humedad al ambiente. Capta el agua de las lluvias para después liberarla en el aire, esta planta es una de las responsables de que el aire en los bosques sea mucho más fresco.
Los musgos también sirven para germinar semillas y esporas. Por su temperatura fresca y la humedad que guardan, casi todas las semillas que caen en el musgo germinan y se convierten en árboles. Por otro lado, el musgo permite que se reproduzcan los hongos microrrízicos que son los que ayudan a que las plantas y árboles de la zona se mantengan comunicados entre sí y puedan compartir nutrientes que les ayuden a eliminar plagas o enfermedades.
Existen más de 12 mil especies de musgo registradas en todo el mundo. En México tenemos 980 y 106 de ellas son endémicas.
Aunque hay quienes dicen producir musgo especialmente para estas fechas, no hay que creerles del todo (recuerden también la estafa de la tala furtiva de cáctus). Es cierto que en Internet hay técnicas de propagación y crianza de musgo, pero aún utilizando estos métodos es casi imposible que alguien pueda producir la cantidad de musgo suficiente para adornar más de 10 nacimientos. Conviene buscar alternativas para decorar la casa y que sean mucho más amigables con el ambiente.
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