Ahora que la nueva normalidad le pertenece a las aceras y a los espacios al aire libre, conviene acercarnos a los parques para encontrarnos con sus novedades. En el Parque Mexico, por ejemplo, nos encontramos con el nuevo audiorama donde, por alguna razón, el ruido de las avenidas cercanas se desvanece como por arte de magia y todo suena como el mejor paseo dominical que podamos recordar.
Hace poco más de un año, antes de iniciar el confinamiento esa sección en el Parque México estaba cerrada y abandonada; por lo tanto su silencio era uno de los secretos mejor guardados del lugar. Allí había un enorme biodigestor que no funcionaba desde hacía años y dotaba al espacio de un aspecto entre industrial y lúgubre. Por fortuna, el nuevo audiorama no sólo le dio un aspecto más verde sino también una paz muy necesaria.
A diferencia del de Chapultepec, apartado de todo bullicio, el audiorama del Parque España está en medio de su zona más transitada, a un lado está la zona de juegos infantiles y a su alrededor, el inmenso camino de tezontle rojo que cruje cuando uno camina sobre él. Pero, ojo, eso no lo priva de ser un espacio tranquilo, más bien lo convierte en el lugar ideal para disfrutar de la banda sonora propia de un paseo por el parque. Algo que, por cierto, ya nos hacía mucha falta.
Si aún no crees que sea un espacio tranquilo, dale play.
De cualquier manera, para quienes van ahí buscando un refugio de todo sonido urbano, el audiorama tiene una espléndida curaduría musical y una biblioteca cuyos libros fueron donados por vecinos y varios colectivos culturales de la ciudad como la Brigada para Leer en Libertad A.C. La cosa es que uno vaya ahí a relajarse y olvidarse de todo lo que está pasando afuera.
Un audiorama sustentable
Quizá una de las mejores cosas del nuevo audiorama es que se trata de un espacio sustentable o, como lo define Néstor López Nuñez, alcalde de Cuauhtémoc, reciclado. La mayoría de los materiales que usaron para construirlo son sobrantes o restos de otros proyectos gestionados por la alcaldía. Las baldosas, por ejemplo, pertenecieron a la Plaza de Santo Domingo en años pasados; las barillas de los barandales son sobrantes de la remodelación del Mercado Morelia de la Colonia Doctores y la membrana para el estanque fue una donación de Oxxo.
Además de acondicionar el espacio para construir el audiorama, la alcaldía también aprovechó para renovar el verde del parque que, si ya rebosaba desde antes de la pandemia, ahora se siente como una bendición que te invita a estar allí por horas.
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