Hacía falta una vinatería con servicio de descorche, sin más pretensiones que disfrutar una buena copa de vino. Climats es la oficina, bodega de vinos franceses premium y espacio de cata de Tanguy de Bodinat, un parisino economista que desde hace ocho años eligió la Ciudad de México para importar lo mejor de los domaines familiares de su país natal. Él estudió y trabajó por varios años en los viñedos de Bordeaux, con un intercambio en Buenos Aires, y después emigró acá. “Me di cuenta que en México los vinos franceses eran de alta etiqueta o de productores masivos. Yo quería importar vinos de bodegas familiares, que conozco personalmente, y enfocarme en la calidad de los productos”, nos cuenta con un español fluido.
El local de Climats tiene una barra delgada para beber de pie, es rústica, de madera y recorre la pared azul, igual podría funcionar en una tortería o taquería. También tienen un espacio abierto, tiraron la pared hacia los dos lugares de estacionamiento que les correspondían dentro de la vecindad, y colocaron una acogedora mesa con bancas compartidas. “Los vecinos accedieron sin problema, saben que esto no es un bar, respetaremos los horarios y ellos pueden degustar una copa con nosotros cuando quieran”, nos comenta Tanguy (su nombre se pronuncia “tongui”, nunca nadie lo dice bien, incluso un tiempo consideró usar su primer nombre “Pierre”, pero en realidad no le molesta).
La sensación general del lugar es bastante europea en el sentido de que ofrecen una aproximación casual y amigable al vino, como parte de un hábito en la cotidianeidad del citadino, sin faramalla. La decoración está hecha con las cajas de madera en las que reciben los vinos por mar. Llegan por Veracruz, y según Tanguy, “es la única manera de asegurarte que el vino tendrá la calidad que el productor buscó”. Muy pronto, los clientes podrán pegar en el techo los corchos de las botellas que consuman ahí, como un ritual comunitario.
Las tardes de Climats
Atrás está la oficina con mapas de Francia, un par de escritorios metálicos, una bici y un pizarrón negro, de esos ranurados para colocar letras blancas, anunciando el próximo “sábado de copeo”, así le llaman cuando hacen una cata especial. Este 7 de noviembre, por ejemplo, constará de ostiones de Ensenada y vinos blancos; será de 12:00 pm a las 8.00 pm. La selección para ese día: Chablis 2018 de Domaine Pinson, de la región de Bourgogne, 100% Chardonnay; Hommage de Domaine Henri Giraud, de la región de Champagne 70% Pinot Noir, 30% Chardonnay, un cuvée 100% de parcelas de Grand Crus de Ay; y Silex 2017 de Domaine Delaporte de la región de Loire 100% Sauvignon Blanc.
También uno puede entrar a la bodega y echar ojo a las repisas llenas de cajas de madera con la selección de vinos elegidos por Tanguy. Cada año visita a los productores más importantes de la región francesa, prueba varias añadas y siempre tiene en mente la gastronomía mexicana a la hora de elegir sus importaciones.
Climats ya tiene más de 65 etiquetas, y les interesa que pronto los productores franceses visiten México para compartir su trabajo y pasión. El día que fui probé un tinto, “Sur Le Fruit”, domaine Francois D’Allaines. Tanguy me contó un par de anécdotas de esa familia, los conoce bien, tienen una casa auténtica de la vida rural, me habló de los otros productos del pueblo: del pan, los patés, los quesos; de los olores del campo, del mar… y yo solo pensé que en estos tiempos es una fortuna que haya este tipo de vínculos genuinos entre nuestra ciudad y la región vinicola francesa, un local urbano que nos conecte con esas familias, rostros y vidas, detrás del vino. Y por un precio justo, me llevé la botella de ese vino tinto, que ahora guardo para celebrar pronto algo, lo que sea.
Climats:
Durango 8, Roma Norte
Instagram: @climatsmx
Lunes a Sábado de 10:00 a 18:00 h
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