Hablemos de la obsesión por los cielos azules, sin nubes. Algunos piensan que así son los días perfectos; pero si ese fuera el caso, esta ciudad nunca tendría un día grandioso. Nuestros cielos nunca son lienzos ininterrumpidos con un solo tono. Entre el smog, la luz y la altura, los cielos de esta mancha urbana siempre tienen –afortunadamente– nubes. Grandes cúmulos amenazantes que terminarán en el periférico inundado; tímidas pinceladas que se iluminan cuando atardece; formaciones esponjosas de los milagrosos días de sol.
A nosotros nos gusta observar las nubes. Creemos, al igual que Gavin Pretor-Pinney (fundador de la Cloud Appreciation Society), que las nubes son la poesía de la naturaleza y que la vida sería muy aburrida si día tras día alzáramos la vista hacia una monotonía sin ellas. Así que dedicamos unos cuantos días a mirar el cielo.
Tal vez alguno piense que las nubes no tienen nada de espectacular; lo invitamos a sostener la afirmación después de girar la cabeza hacia el cielo. Citando a Pretor-Pinney: “Alza la vista, maravíllate ante su efímera belleza y vive la vida con la cabeza en las nubes”.
*Ayudados por la Guía del Observador de Nubes desciframos los nombres de unas cuantas nubes. Además, al final de esta galería dejamos el manifiesto de la Sociedad de Observación de Nubes.
Manifiesto de la Sociedad de Observación de Nubes
– Creemos que las nubes reciben un trato injusto y que la vida sería infinitamente pobre sin ellas.
– Pensamos que las nubes son la poesía de la naturaleza y el más igualitario de sus despliegues, ya que todo el mundo cuenta con una estupenda vista de ellas.
– Nos comprometemos a luchar contra la obsesión por los cielos azules allí donde la encontremos. La vida sería muy aburrida si día tras día tuviésemos que alzar los ojos hacia una monotonía sin nubes.
– Pretendemos recordarle a la gente que las nubes son expresiones de los cambios de humor de la atmósfera y que pueden interpretarse como las del rostro de una persona.
– Creemos que las nubes son para soñadores y que su contemplación beneficia el alma. De hecho, los que piensen en las formas que ven en ellas se ahorrarán las facturas del psicoanalista.
Así pues, declaramos ante todo aquel que quiera escuchar: Alza la vista, maravíllate ante su efímera belleza y vive la vida con la cabeza en las nubes.