El equipo los Diablos Rojos del México, uno de los equipos emblemáticos de la liga mexicana, acaban de estrenar estadio: el Alfredo Harp Helú en la colonia Granjas. Ya tenían un estadio propio, El Fray Nano, pero necesitaban más espacio para jugar y además éste es más moderno: su estructura en forma de tridente (no poco fálica) hace referencia al diablo y pues qué mejor para simbolizar su casa.
El Harp Helú lo diseñaron Francisco González –ganador de muchos premios internacionales de arquitectura– y Alonso de Garay –famoso por sus proyectos de arquitectura social– para envolver la gloria del equipo, y lo lograron. Después de todo, los Diablos Rojos del México (su nombre oficial) son la formación con más campeonatos ganados de toda la liga mexicana y por ello su estadio tenía que sobrepasar las expectativas. Además de tener una capacidad para más de 20,000 personas, los asistentes —sin importar en qué lugar estén— tienen una buena vista del juego y de la ciudad.
Ambos arquitectos estaban de acuerdo en que la fama de los Diablos está ligada a la ciudad que representan. Decidieron construir el estadio descubierto para que se sintiera como parte del conjunto urbano y no como un sitio cerrado y recluido. Sin importar el boleto que uno compre, desde su asiento tiene una vista privilegiada de la ciudad. A diferencia de otros estadios de primera división, como el de Dodgers o los Padres en Estados Unidos, el de los Diablos es una construcción completamente abierta y que mira a todas direcciones. Tanto así que aún desde la cafetería, los hambrientos fanáticos no se pierden ni un minuto del juego.
Playlist
Ir al Alfredo Harp Helú es como ver un juego en medio de un parque con buena vista. Y por si fuera poco, en cada partido ponen un muy buen playlist (variado como la audiencia misma) para complacer a todos. Van desde el reggaetón al merengue y de allí pueden salar al metal sin reparo alguno. De hecho, aunque es un estadio nuevo, las listas del Harp Helú se volvieron tan famosas que ahora se pueden escuchar en el Spotify oficial de los Diablos.
Gastronomía en el Harp Helú
Al nuevo estadio de los Diablos no sólo se va a disfrutar buenos juegos de beisbol; igual que en el Fray Nano, hay tradición de comer tacos de cochinita, costumbre que en México lleva más de 70 años. Las flautas de res con salsa roja también son imperdibles si uno va a un partido. Y aunque aquí es un poco más caro que en el Fray Nano, uno está pagando por toda la experiencia del tridente multipanorámico.
También hay darse una vuelta por la tienda oficial de los Diablos allí mismo en el estadio. Su mercancía es discreta y, hasta cierto punto, elegante. Si uno se siente satisfecho con el juego y las instalaciones del nuevo estadio quizá quiera recordarlo con una gorra o un jersey. De cualquier manera, ya sea por amor al deporte, para apreciar el estadio o probar la legendaria cochinita, conviene ir a alguno de los partidos de la temporada ─la cartelera está abajo─ y apoyar a nuestro equipo local.
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