Decía Emilio Renzi que una ciudad es también un tejido de relatos. Uno de ellos trata sobre el nómada urbano que no termina de mudarse. Las personas que viven en la calle conocen la ciudad mejor que nadie: son los lectores más audaces de una metrópoli tan grande y compleja como la nuestra.
La revista Mi Valedor es un reflejo de esa lectura pero también es un proyecto que genera comunidad, inclusión y un entorno cultural y económico alrededor de quienes están detrás de esas historias. Las fundadoras de la iniciativa, María Portilla y Paula García, se alejaron de la mirada condescendiente desde el principio. Como dice su manifiesto: “No es cuestión de levantar al otro, es cuestión de levantarnos juntos. Comprendemos que ayudar es ayudarnos”.
Ya hemos escrito sobre esta revista que baja al metro, se sube al metrobús y recorre avenidas, callejones y plazas públicas. Para conocer más detalles, aquí puedes leer cómo fue que inició todo.
Hace poco, y gracias a la comunidad que ha generado, Mi Valedor comenzó a colaborar con proyectos como mochi-LA, una iniciativa editorial en la que publicaciones independientes latinoamericanas atraviesan Estados Unidos en una mochila y se quedan por un tiempo en librerías, editoriales, escuelas y galerías. La idea es preservar la naturaleza itinerante de las publicaciones y reconocer a la mochila como un símbolo de migración cultural, diálogo e intercambio de ideas.
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Como el año pasado, Mi Valedor acaba de lanzar una recaudación de fondos para seguir creciendo y llegar a más gente. Esta vez el objetivo es juntar $40,000 dólares y quedan pocos días para poder ayudar. Como parte de la campaña, los valedores escribieron una carta en la que comparten sus experiencias dentro y fuera de la revista. Puedes escucharlas a través de este video y en la página de Global Giving donde puedes hacer tu donación.