En la Narvarte Poniente hay un sitio que sólo es hallazgo para los que no somos de ahí. Los vecinos de esas calles conocen bien Piloncillo y Cascabel; saben que es pequeño, barato, riquísimo y generoso. El restaurante ya casi cumple diez años con la premisa estricta de servir buena comida –diferente– a buen precio. Todos los días preparan un menú de tres tiempos que vuela. Todos los días llegan los vecinos de siempre a comer.

Piloncillo y cascabel

Un menú del día en Piloncillo y Cascabel puede ser así: tostada de aguacate y granada con nuez y acitrón, pulled pork con papas cambray y ensalada, pie de limón con carambola y té limón con melón. Todo por 80 pesos. A diario preparan alrededor de cien menús diferentes, y se acaban. Compran lo justo para el día en la Central de Abastos, ni un poco más ni un poco menos. Constantemente buscan lo más barato, lo de temporada, y planean muy bien las porciones. No sobra y no falta; así pueden mantener tan justo el precio.

Piloncillo y cascabel

Pulled pork con papas cambray y ensalada del menú del día a $80

Piloncillo y cascabel

Pie de limón con carambola del menú del día a $80

Piloncillo y Cascabel es el proyecto de dos socios, ambos chefs graduados del Claustro de Sor Juana. Querían preparar buena comida, creativa pero sencilla, bien hecha y sobre todo, accesible. Sin precios exorbitantes. Descubrieron que un lugar así no existía y se unieron para planear el menú de Piloncillo y Cascabel: chalupitas de marlín ahumado por 55 pesos, consomé de hongos con ravioles por 60. Los platos fuertes nunca pasan de los $100. Hay solomillo de cerdo con salsa de piloncillo y cascabel o una arrachera de 200 gr. asada con manzanas y poblano.

Además está el menú del día, el más popular, que cambian diario y sirven a partir de la una y media.

También tienen desayunos (por $65 pesos) preparados a cualquier hora del día. Por ese precio en muchos lugares dan fruta y té; aquí hay quiche de poblano o chilaquiles con salsa de chapulín. Los acompañan con té o café y por $15 pesos más hay fruta.

Piloncillo y cascabel

Chilaquiles con salsa de chapulín y pollo y té de menta. Uno de los desayunos a $65.

Los clientes comen ahí  tres o cuatro veces a la semana y conocen por nombre a las meseras. Para muchos ese es su lugar de siempre, el favorito. Piloncillo y Cascabel es el triunfo de la comida honesta. Sin cargos extras en el precio, sin pretensión innecesaria. La sencillez no los hace aburridos, todo lo contrario. Los chefs se dan toda la licencia de experimentar sabores, respetando siempre que lo más importante es comer bien, a buen precio.

Piloncillo y cascabel

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