A unas cuadras del Museo del Chopo, en la Santa María la Ribera, está una tienda que se llama Década Muebles Vintage, una tienda que genera desbordada tentación. Como su nombre lo dice, Década vende muebles de otras décadas (sobre todo de los cincuenta, sesenta y setenta), pero lo especial es la selección y la impecable restauración que llevan a cabo con los muebles y objetos vintage.
Las dueñas y curadoras de Década son Cecilia Tena y Lucia Corredor, quienes son más bien rescatistas de piezas abandonadas en mercados de pulgas o de antigüedades en Estados Unidos. Su selección va desde sofás tapizados con exquisitos terciopelos hasta muebles noventeros de almacenamiento con líneas curvas estilizadas de metal. Uno puede encontrar, también, muebles que se consideran en peligro de extinción. Los trolleys –carritos al estilo de Mad Men para acomodar su whisky– son una de las piezas claves dentro de su curaduría, al igual que los burros antiguos de gimnasia que los convierten en bancas comodísimas y resistentes. La casa misma dónde se aloja la tienda es una casona de los cincuentas restaurada por el arquitecto Alberto Kalach, y conserva los detalles originales.
Desde luego, las piezas de Década han llamado la atención de coleccionistas y arquitectos y visten espacios como Casa Wabi o Hotel Escondido en Oaxaca. Además, para complementar su colección, desde hace tiempo lanzaron Década Kids, una serie de hermosos muebles restaurados para niños.
Década Muebles Vintage también mantiene una postura firme y solidaria con el medio ambiente. Defiende el reciclaje y resalta por qué es necesario parar un poco, respirar y reflexionar el pasado donde el tiempo pasaba más lento, más distendido como los sillones que lo representan.
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